Daimara Herrera, la mujer que alberga a más de cien perros y cien gatos en Camagüey

De insólita puede considerarse la historia de la camagüeyana Daimara Herrera, quien por 12 años ha luchado contra vientos y mareas para ofrecerles un techo a perros y gatos. Hoy tiene bajo su amparo más de un centenar de canes e igual número de felinos en su vivienda y, aunque muchos la tilden de atrevida al dedicarse a esa faena, no cesa en su empeño de dar refugio y vida a estos animales abandonados.

De ahí que no le preocupe lo que algunos piensen: «Son tantas las personas que me agradecen y alientan, que recoger a los perros y gatos callejeros ya forma parte de mi vida. No puedo dejarlos tirados», confiesa esta sensible mujer.

Comentó a Juventud Rebelde que muchas han sido las mascotas que han pasado por sus manos. «Algunos llegan muy enfermos o muy golpeados; no siempre sobreviven, pero tampoco mueren sin atención. Otros son adoptados, casi siempre los más pequeños, y la mayoría envejecen en esta gran familia “callejera”».

La mujer de los perros y los gatos, como la conocen en todo Camagüey, afirma que «para la alimentación de sus animales requiere diariamente unas cuantas libras de arroz y una buena cantidad de pescado.

«A la hora de bañarlos, necesito siempre la ayuda de mis familiares y amigos, porque lo hago a intervalos durante el día escogido y por orden de prioridad. Para alimentarlos es similar, porque los más pequeños y los enfermos son los primeros en comer y tienen dieta reforzada. A los gatos, les sirvo tres veces al día para que no molesten a los vecinos.

«El tratamiento médico -comunicó- es individualizado e incluso, cuando llegan aquí, se les hace un examen integral y se les pone en cuarentena, para curarlos de cualquier enfermedad».

En la increíble historia de afecto que ha cultivado Daimara en el patio de su casa, muchos son los que se han sumado incondicionalmente. «Mis animales -narró- son recogidos en las calles por personas muy preocupadas, quienes ayudan con donaciones, sobre todo de medicamentos. De esta manera, afirmó, ha crecido la familia de hombres y mujeres solidarios».

No exagero al afirmar que el batallón de mascotas obedece a su dueña con un solo chiflido. Y es que parece que ya tenía esta pasión en la sangre cuando un día vio a unos cachorros abandonados a su suerte y no pudo pasar de largo. Ahí comenzó todo para esta mujer inverosímil, cuya única gran locura ha sido convertir su hogar en refugio y multiplicarse cada día en madre para cientos de perros y gatos.

Mientras los alimenta, todos obedecen a su llamado.Fotos: Yahily Hernández Porto.

(Cubadebate, con infrmación de Juventud Rebelde)