nacionales

Cubanos recuerdan natalicio del general Ignacio Agramonte, El Mayor

La Habana, 23 dic.- Los cubanos recuerdan hoy a unos de los hombres más valiosos de la guerra contra el colonialismo español en el siglo XIX, al mayor general del Ejercito Libertador Ignacio Agramonte, al cumplirse el aniversario 178 de su natalicio.

 

El Mayor, como también se le conoce en esta isla caribeña, fue uno de los líderes más sobresalientes de la Guerra de los Diez Años (1868-1878), pues organizó la célebre caballería camagüeyana, al frente de la cual alcanzó grandes victorias contra las tropas españolas.

En los tres años y medio de su vida militar participó en más de cien combates, y como jefe supo combinar los principios de la táctica con la lucha irregular en las condiciones de las extensas sabanas de la oriental provincia de Camagüey.

De acuerdo con apuntes históricos, llegó a establecer una sólida base de operaciones en ese territorio y prestó especial atención a la preparación militar y general de los jefes y oficiales, para lo cual creó escuelas militares como la de Jimaguayú.

Los Veteranos de la guerra de independencia siempre llamaron a Agramonte: ‘Paladín de la vergüenza’ y ‘Apóstol inmaculado’.

Estuvo en los combates de Ceja de Altagracia, Sabana de Bayatabo, Lauretania, Limpio Grande, Hato Potrero, La Entrada, El Mulato y La Redonda.

Una de sus acciones más memorables fue el rescate del brigadier Julio Sanguily, en cuya misión además de lograrse el objetivo, fueron aniquilados 11 soldados españoles y cinco hechos prisioneros.

Sobre el hecho Agramonte dijo: ‘Mis soldados no pelearon como hombres: áLucharon como fieras!.’

El Comandante en Jefe, Fidel Castro en ocasión del centenario de la caída en combate de El Mayor destacó la significación histórica del rescate del brigadier Sanguily.

‘Ha pasado a la historia como una de las más extraordinarias acciones de armas; un hecho que levantó el ánimo en el campo cubano en momentos difíciles, que electrizó prácticamente a todo el mundo(…)’,dijo el estadista.

‘Sobradamente conocido por todos los cubanos, esta fue sin dudas una de las más grandes proezas que se escribieron en nuestras luchas por la independencia, y ha pasado a ser un hecho de arma proverbial, que en aquel entonces despertó incluso la admiración de las fuerzas españolas’, expresó el líder de la Revolución cubana.