Cuba, Alibaba y los ladrones
La Habana, 2 abr.- A pesar de su voluntad de compartir bienes con el mundo, la empresa china Alibaba chocó con los ladrones del cuento de aventuras, ahora disfrazados de la ley estadounidense que legaliza el bloqueo contra Cuba.
Según se supo esta semana, como a muchos otros países del mundo, la compañía asiática decidió donar a la isla un lote de mascarillas faciales y kits para diagnosticar la Covid-19 y así ayudar al país en su plan de enfrentamiento al nuevo coronavirus SARS Cov-2.
Todo iba bien, hasta que en el último momento la firma estadounidense contratada para transportar el donativo renunció al contrato, intimidada por las sanciones que penalizan romper el cerco económico, financiero y comercial de Estados Unidos hacia la isla.
El embajador de Cuba en Beijing, Carlos Miguel Pereira, denunció este miércoles que ‘el noble, descomunal y encomiable esfuerzo’ del fundador de Alibaba, Jack Ma, no pudo tocar suelo cubano, sin importar cuán necesarios podían ser esos recursos.
El pasado 22 de marzo, Jack Ma dio a conocer el envío de dos millones de máscaras, 400 mil reactivos de diagnóstico y 104 ventiladores para 24 países de América Latina y el Caribe, incluida Cuba, para respaldar el enfrentamiento a la pandemia de Covid-19.
Ante el nuevo castigo a la isla, su presidente, Miguel Díaz-Canel, reiteró que el bloqueo de Estados Unidos viola los derechos humanos de los cubanos al impedir la llegada de ayuda humanitaria desde China.
En el contexto actual de propagación global de la Covid-19, muchas naciones le reclaman a Washington el cese de las sanciones contra Cuba y otros países como Venezuela e Irán, para garantizarles el acceso a ayuda humanitaria y a productos que necesitan sus respectivos pueblos.
El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, agradeció a las personas, instituciones y Gobiernos que desde diferentes latitudes se han pronunciado por el fin del bloqueo de Estados Unidos a la isla.
En su cuenta de Twitter, el canciller escribió: ‘Agradezco las múltiples voces que en EE.UU. y desde distintas partes del mundo reclaman, en medio de la Covid-19, el levantamiento del bloqueo a Cuba’. A la vez, catalogó esa política como ‘genocida’.
El secretario general de la ONU, António Guterres, solicitó recientemente el fin de las medidas coercitivas unilaterales impuestas a varios países, para garantizar el acceso a alimentos, suministros de salud y asistencia, ante la pandemia.
También la alta comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, pidió a Estados Unidos el levantamiento de las sanciones contra Cuba, Venezuela, Irán y la República Popular Democrática de Corea, entre otros.
Pero los reclamos no han encontrado oídos receptivos en la Casa Blanca que, por el contrario, lanza diatribas contra la cooperación médica cubana con otros países y se empecina en cerrar cualquier brecha que le permita alguna entrada de ayuda y recursos a la isla.
Los daños y perjuicios acumulados durante seis décadas por causa de la conocida como ley Helms-Burton ascienden a 138 mil 843 millones de dólares, según fuentes oficiales.
Las pérdidas ocasionadas a Cuba por el bloqueo desde abril de 2018 hasta marzo de 2019 ascendieron a cuatro mil millones de dólares. El país pierde cada día 12 millones de dólares debido al criminal cerco contra la isla, de acuerdo con las mismas fuentes.
Desde el triunfo revolucionario de 1959, las medidas estadounidenses contra Cuba adquirieron efectos cada vez más notables en todas las esferas de la sociedad, hasta alcanzar un impacto extraterritorial en prácticamente todos los rincones del planeta.
Solo en 2019, el Gobierno de Donald Trump aplicó 85 medidas agresivas de diverso tipo contra la mayor de las Antillas, de las cuales 43 estuvieron dirigidas a ampliar y reforzar el bloqueo, considerado un acto de genocidio, según convenciones internacionales.
Las sanciones estadounidenses contra la isla contrastan con la actitud solidaria de Cuba, que pese al fuerte impacto del bloqueo y de las consecuencias económicas que pueda generar la pandemia, una vez más, comparte sus médicos y sus escasos recursos con el mundo.
Como repitiera en más de una ocasión el líder histórico de la Revolución: ‘Cuba da lo que tiene, no lo que le sobra’. (Prensa Latina)