Cementerio de Matanzas, San Carlos Borromeo

El cementerio “San Carlos Borromeo”, de la ciudad de Matanzas, es el tercero más importante de Cuba en cuanto a valor patrimonial, tanto por su arquitectura, como por las personalidades que ahí encontraron su última morada, entre ellos Bonifacio Byrne, José Jacinto Milanés y Miguel Failde.

Recorrer el recinto permite adentrarse en la historia matancera, pues en él confluyen la huella fusionada del arte, la política y la religión de cada época, elementos que conformaron la identidad, expresó Mario Verrier Mesa, presidente de la Red de Estudios sobre Cementerios y Espacios Funerarios en el territorio yumurino.

A las 7 de la mañana del primero de septiembre de 1872 el cura Santiago Serra bendijo la Capilla, y el día dos, con la asistencia del Brigadier Gobernador Juan N. Burriel, quedó oficialmente inaugurada la necrópolis con igual advocación que el patrono de la urbe.

Lápidas del cementerio de Matanzas

Su principal maestro de obras fue Francisco Sosa Vélez, quien en su construcción usó mármol de Carrara, bronce y hierro fundido, en una edificación que integró los avances higiénico-sanitarios propios de la modernización de la cultura urbana del siglo XIX, agregó Verrier Mesa.

“San Carlos” vino a solucionar el problema de Matanzas con los cementerios desde su fundación, pues la enorme cantidad de lugares destinados a ese fin sobrepasaban los 14, cifra superior a la de cualquier otra localidad cubana.

Capilla del cementerio de Matanzas

La Capilla, donde ahora yacen los restos de los mártires de las guerras independentistas, es la primera de estilo octogonal fabricada en Cuba, caracterizada por la ausencia de una cruz en el tope de la linterna, y la morgue, representó un adelanto increíble para la época, aseveró Ercilio Vento, historiador de la Ciudad.

Sus catacumbas, actualmente las únicas activas en la Isla, con 756 nichos en dos panteones soterrados y un exclusivo sistema de respiradero contra la contaminación atmosférica, solo poseen como precedente la Galería Tobías, del “Cristóbal Colón”, en La Habana.

Galería o catacumbas del cementerio de Matanzas

El cementerio San Carlos Borromeo, que data del siglo XIX Con un área general de 135 mil metros cuadrados, constituye el segundo más extenso del país y el tercero en importancia patrimonial; su capilla fue la primera de forma octogonal erigida en Cuba.

El camposanto posee un gran número de criptas y capillas funerarias, colecciones de delicada estatuaria, tallas en mármol esculpidas en una sola pieza, históricas lápidas sepulcrales, conjuntos fúnebres donde se fusionan obras de herrería, fundición y escultóricas, todo lo cual le confiere un valor excepcional.

Pórtico del cementerio de Matanzas

El pórtico tiene una estructura rectangular y un carácter monumental con un lenguaje formal clásico. Es este uno de los lugares más representativos de la cultura de Matanzas, a través del cual se puede conocer gran parte de la historia de la Atenas de Cuba.

Poéticos y satíricos epitafios adornan los sepulcros, algunos apenas pueden verse por el paso devorador de los años, otros todavía mantienen la capacidad de incitar a la reflexión entre lo luctuoso, como aquel que dice: “Dios sobre todas las cosas. Nunca digan que fui bueno; sigan siempre sonando el cuero. Muchos con más, hicieron menos”.

La crónica y la leyenda jamás pierden su lugar, y van desde el cuento del hombre de los rayos, a quien en vida alcanzara un trueno y después de muerto a su tumba también, hasta llegar a la historia de Josefina Petronila Margarita Ponce de León Heredo, la única momia intacta de todo el archipiélago, actualmente en el Museo Palacio de Junco.

Campanas de la entrada del cementerio de Matanzas

Se dice que según la tradición las campanas obedecen a un sistema de señales para comunicarse con los empleados:

1- Cuando llega un entierro se dan 4 toques con la campana grande que indican que el cadáver es un adulto y será sepultado en bóveda.
2- Si va para tierra sonará solo un campanazo grande, esto le advierte al sepulturero los instrumentos que debe llevar.
3- Si se trata de un menor, además de los 4 campanazos grandes, se agrega uno con la chica y si fuera para tierra, 2 campanazos, uno con la grande y otro con la chica.

(Tomado de Radio Habana Cuba)