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Castillo convoca unidad y Fujimori apura cambio ante fracaso en Perú

Lima, 24 may.- El candidato presidencial peruano Pedro Castillo llamó a la unidad y la concertación, mientras su rival Keiko Fujimori dio un giro a su campaña al continuar perdiendo posiciones en las encuestas.

 

Arropado por el aumento de la diferencia a su favor en un sondeo del Instituto de Estudios Peruanos, más de 10 puntos porcentuales sobre su rival, Castillo hizo un llamado a la unidad del pueblo y a la concertación entre los partidos políticos, en mítines realizados en la capital, bastión de la postulante neoliberal.

También se opuso una vez más la campaña anticomunista de Fujimori, el resto de la derecha y la mayoría de medios de prensa, en su contra, que según diversos analistas, tiene un efecto contrario por desmedida y monocorde y por la solidaridad de los sectores populares con el candidato izquierdista.

‘Nosotros somos demócratas, católicos y tahuantinsuyanos (reivindica al imperio de los incas), a mucha honra’, dijo en un discurso en el barrio popular limeño de Manchay, al rechazar los intentos de vincularlo con actividades terroristas.

Agregó que en su posible gobierno las inversiones extranjeras serán bienvenida, porque generan puestos de trabajo y aporta al desarrollo y solo se le exigirá que cumpla las leyes laborales y tributarias.

Castillo ratificó la decisión de combatir a fondo la corrupción y advirtió que a los políticos corruptos ‘los vamos a buscar hasta debajo de las piedras’ para someterlos a la justicia.

Fujimori y quienes la apoyan, por su parte, ocuparon amplios espacios en medios de prensa afines, y ella suavizó el tono de voz y su mensaje, tras fracasar su campaña de mano dura y macartismo, de efectos contraproducentes.

En sus discursos en la región andina de Junín, llamó a la paz y la unidad, aunque no abandonó sus intentos de descalificar a Castillo y al líder de su partido: Patria Libre, Vladimir Cerrón.

En una entrevista con el diario Perú.21, de extrema derecha, declaró, entre otras promesas, que la esterilización masiva de mujeres pobres e indígenas bajo el gobierno de mano dura de su padre, Alberto Fujimori (1990-2000), debe ser investigada y sancionada y las víctimas deben recibir reparaciones.

La semana pasada, preguntada por la prensa sobre el juicio a su padre por ese programa, dijo que se trataba de un proyecto de planificación familiar y restó importancia al tema.

Pidió disculpas por la labor obstruccionista de la bancada fujimorista en el parlamento, entre 2016 y 2018, cuando este fue disuelto, actitud que hasta hoy había intentado justificar.

Otra evidencia del viraje fujimorista fue la afirmación de que Keiko Fujimori no es como su padre, en contraste con la prédica previa de la candidata, de reivindicar al gobierno de su progenitor y la continuación de sus obras. (Prensa Latina)