Busto de Martí en Hanoi: lugar de encuentro entre Cuba y Vietnam (+Foto)
Hanoi, 28 ene.- Ni el bronce que la cincela consigue endurecer la mirada de este hombre universal que contempla a Hanoi con la misma ternura con que escribió Un paseo por la tierra de los anamitas.
El busto está ahí, en el parque-jardín Tao Dan, donde hace justo 17 años lo instalaron vietnamitas amigos de Cuba que saben, como el Maestro, que ‘el mundo es un templo hermoso donde caben en paz los hombres todos de la Tierra’ (*).
Y porque ‘nada hay más bello, ni da más aromas que una rosa’ (*), todos los 28 de enero en el lugar hay ramos para recordar a quien no cultivó cardos ni ortigas ni para el cruel que le arrancaba el corazón con que vivía, sino rosas blancas igual de sublimes que un verso sencillo.
Sereno y hermoso sobre su podio de granito y mármol -porque los vietnamitas ‘parecen plateros finos en todo lo que hacen’ (*)- el busto es un permanente monumento a una amistad que hace 60 años entró en una Edad de Oro.
Labrada por quien no dejó morir al Apóstol en el año de su centenario, y por un inefable tío Ho que también tiene su busto en La Habana, esa amistad fluye del Caribe al Mar del Este como Dos Ríos capaces de trocar la muerte en vida porque ‘morir no es más que volver a la naturaleza de donde se vino’ (*).
Y así, José Martí en Vietnam, Ho Chi Minh en Cuba, reposan serenos sobre sus pedestales de piedra porque vivieron según el principio de que ‘no hay gusto mayor, no hay delicia más grande, que la vida de un hombre que cumple con su deber’ (*).
Y que cumplirán por siempre, porque ellos, los dos, se levantaron para todos los tiempos desde que supieron que ‘…la libertad de un pueblo pequeño es más necesaria al mundo que el poder de un rey ambicioso.’ (*)
(*) Las frases entrecomilladas fueron tomadas de la crónica de Martí Un paseo por la tierra de los anamitas.
(Prensa Latina)