Afirman en Brasil que democracia ganó y Bolsonaro perdió
Por acuerdo entre los partidos en el Congreso Nacional, el sufragio fue postergado de octubre para noviembre ante la pandemia de Covid-19, en tanto una primera vuelta se realizó este domingo y la segunda está prevista para el día 29.
A pesar del cierre en tiempo de los colegios de votación, el Tribunal Superior Electoral reconoció retraso en la difusión de los primeros resultados, y su presidente, Luís Roberto Barroso, explicó que se debió a un problema técnico de uno de los procesadores encargados de contabilizar el total de las boletas.
Tras resolverse la anomalía se informó que en Sao Paulo con el 99,6 por ciento de las mesas escudriñadas, Covas, del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (centro), obtuvo un 32,8 por ciento de los votos.
Mientras, el profesor Guilherme Boulos, del Partido Socialismo y Libertad (izquierda), registró un 20,24, por lo cual ambos van a una segunda ronda de votación.
Ante los primeros resultados a pie de urna, Doria reiteró que ‘el pueblo votó, la democracia ganó y Bolsonaro perdió’.
El gobernador avaló además su afirmación después que la pesquisa del Instituto Brasileño de Opinión Pública y Estadística vaticinó que el candidato Celso Russomanno, del partido Republicanos, de derecha y respaldado por el mandatario, tuvo solo 10,5 por ciento y quedó fuera del balotaje.
Pese al optimismo de la centro-izquierda ante las urnas en Sao Paulo, también disputarán una segunda vuelta electoral en Río de Janeiro dos candidatos, pero de la derecha.
Con el 99,99 por ciento de las mesas inquiridas, el postulante Eduardo Paes, del partido Demócrata (centro derecha), exhibió un 37,01 por ciento, y Marcelo Crivella, actual regidor de Río y ultraconservador obispo evangelista apuntalado por Bolsonaro, tiene 21,90.
Abrumados por la Covid-19, estos comicios servirán de termómetro para las elecciones presidenciales del 2022, aseguran analistas.
Vaticinan que las autoridades elegidas, sin excepción, vivirán bajo los efectos socioeconómicos y políticos de la pandemia, cuyo horizonte sigue siendo indeterminado y sacudirá los próximos cuatro años de los gobiernos municipales.