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Cultivo semiprotegido: permanente, económico y ecológico

En los países tropicales como Cuba resulta difícil el cultivo de vegetales en la época veraniega, cuando predominan altas temperaturas y fuertes lluvias que obstaculizan principalmente el desarrollo de las llamadas hortalizas de hojas: lechuga, la acelga o  perejil.
 
La situación ocasiona tradicionalmente un notable descenso de la presencia de estos productos en el mercado, pues los cosecheros dedican sus esfuerzos en lo fundamental a la siembra de pepino, habichuelas, calabazas y otras especies hortícolas más resistentes a los fenómenos climáticos.
 
Sin embargo, en los últimos años los agricultores cubanos han impulsado varios programas con el fin de elevar sus cosechas durante todo el año, tarea que adquiere particular prioridad en momentos en que la crisis económica mundial provoca la escasez y encarecimiento de los alimentos.  
 
Una de esas vías alternativas es el empleo del sistema de cultivos semi protegidos para incrementar las recolecciones agrícolas en las 14 provincias de la Isla.
 
Semejante tecnología es aplicada en los conocidos
organopónicos, que son pequeños huertos ubicados en zonas urbanas o en su periferia, en los cuales se cultiva al aire libre una muy variada gama de hortalizas con el uso del riego y la materia orgánica como sustrato en los canteros.
 
La técnica consiste en techar los canteros con una malla oscura especial que protege a las plantas de los efectos directos de las radiaciones del sol y las fuertes lluvias, pues según los expertos disminuye en el 30 por ciento esos impactos.
 
Incluye también el regadío y la aplicación de métodos agro ecológicos, como el uso de humus de lombriz y otros abonos orgánicos, además de la lucha biológica contra las plagas y enfermedades que atacan a los cultivos.
 
Esas ventajas posibilitan cultivar con altos rendimientos lechuga, acelga, remolacha, rábano, perejil, apio y otra gran variedad de hortalizas de hojas y, quizás lo más importante, hacerlo durante todo el año.
 
Al respecto, Adolfo Rodríguez, jefe del Grupo Nacional de la Agricultura Urbana, declaró a la AIN que en Cuba se trabaja para instalar este año la provechosa tecnología en 385 hectáreas de órganopónicos, de las cuales 355 deberán terminarse el próximo 26 de julio, Día de la Rebeldía Nacional.
 
De cumplirse la meta la nación contaría que más de 400
organopónicos semiprotegidos, cada uno de los cuales puede producir en su primer año unas 100 toneladas de hortalizas y en el segundo, ya en pleno funcionamiento, entre 150 y 200.
 
Este proyecto ya rinde excelentes resultados en provincias como Ciego de Ávila, Sancti Spíritus y Las Tunas, primeras en culminar la construcción de sus áreas semiprotegidas.
 
Su exitosa extensión por toda la Isla será un valioso aporte de los agricultores cubanos al propósito básico de incrementar las ofertas de vegetales frescos a la población y, al propio tiempo, contribuir a disminuir las costosas importaciones de productos alimenticios.     (AIN)