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Finca Los Cocos, donde el trabajo le gana a la enfermedad

Finca Los Cocos, donde el trabajo le gana a la enfermedadLa amargura no logrará vencer la estimación que de sí mismo y su familia siente Eliodoro Viamontes Font, un campesino de 41 años que hace media década está aquejado de Espondilitis (enfermedad causante de trastornos óseos y afectación en la sensibilidad) y Colitis Ulcerativa. “Pero a todo esto me sobrepongo, aunque hay momentos que los dolores en la columna son muy fuertes, aliviados solamente por los medicamentos”.

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Dicharachero, amigo de las jaranas, y cuentero, a lo que no les escatima sonrisas, una vez terminados de disertar. “Es que no puedo dedicarme a pensar en las dolencias cuando hay una esposa, tres hijos y un madre por la cual preocuparse”.

La Finca Los Cocos, teñida del aroma del monte, se alza provechosa cada mañana, porque allí Hortensia Font Abalo, madre de Viamontes, y Diana Abalo Rodríguez, su esposa, saben la responsabilidad que pesa sobre ellas, por lo que se “motorizan” desde el amanecer: a preparar los niños para la escuela; echarle comida a los puercos y las gallinas, soltar carneros y el exiguo rebaño vacuno, al potrero…

“En el campo nunca se termina. Menos mal que tengo mucha energía, aunque ya tengo cumplidos 65 años. Ahora nos toca a nosotras batallar duro, porque mi hijo necesita apoyo, y él no quiere dejar la finca, ni nosotras tampoco”, asevera la progenitora.

Todo está allí cronometrado, cada momento del día determina en estas siete hectáreas, cimentadas en la zona Ocujal, allá en Flor de Mayo, del municipio Santa Cruz del Sur.

“Usted ha estado tomando fotos, y es la mejor evidencia, aquí no se descansa, sólo cuando nos corresponde dormir, porque las cosas de la tierra y la casa no pueden dejarse para cuando se pueda”, manifiesta Diana, quien es Licenciada en la Educación Primaria. “Hube de dejar la labor de maestra por la propia situación de mi cónyuge… porque la finca usted sabe, no puede dejarse caer”.

De la citada cantidad de terreno tres hectáreas se han dedicado a la siembra de frutabomba, plátanos macho y burro, plátano fruta y ají. En ellas se intercalan la yuca, el tomate y frijol. Mientras en otras cuatro existen nueve variedades de árboles maderables: algarroba, cedro, caoba, palmas, baría, entre otros, y en cuanto a frutas hay doce, siendo las de mayor diversidad: coco, mango, marañón, aguacate, anón y chirimoya.

El próspero estado de las áreas se debe a contrataciones hechas a vecinos, a fin de mantenerlas libres de enyerbamiento, garantizar las siembras y la entregas de cultivos. Por ejemplo en el calendario pasado aportaron más de 200 cajas de tomate a la fábrica El Mambí, en Camagüey y 13 quintales de plátano burro a Acopio.

Recorrer, fiscalizar, comprobar y aprobar, son verbos acompañantes en el andar diario sobre muletas. “Así es como doy el refuerzo”, refiere Eliodoro. “Saludable es caminar: respirar aire puro es recomendable ya que tengo los pulmones muy afectados por el período encamado debido a la Espondilitis”.

Otros planes tienen los responsables de Los Cocos antes de despedir el 2014. “Entregaremos a Acopio 20 quintales de frutabomba, 10 de plátano burro y otra apreciable cantidad de ajíes. Hay plantada, del condimento, media hectárea”, nos dice Diana.

Los gemelos Diago y Diego y la pequeña Liliet María es la mayor felicidad en la familia Viamontes Abalo. “Ellos son el acicate para lo que me queda por vivir. De esta finca sale su alimento, por eso aquí los bríos los tenemos entrelazados espiritualmente… no dejamos perder ni una gotica”, revela el carismático Viamontes Font. (Raúl Reyes Rodríguez/ Radio Santa Cruz)