Deporte

Brasil y España; a las puertas de la final soñada

Río de Janeiro, 30 jun. – Desde que los organizadores comenzaron a preparar esta Copa Confederaciones, su gran sueño fue ver en la final a Brasil y a España, y hoy finalmente podrán apreciar este encuentro. Jugar la final en Maracaná es lo más grande que nos puede pasar.

Todos soñamos con este momento, declaró hace unos 15 días la estrella del plantel anfitrión, el joven Neymar da Silva, quien enfrentará a varios que serán compañeros suyos dentro de unas semanas en el club Barcelona.

Gracias en buena medida a sus grandes actuaciones, el conjunto del entrenador Luiz Felipe Scolari ha vuelto a hacerse sentir a nivel mundial, y revive con esta bocanada de aire fresco.

Con sus cuatro victorias, la canarinha se convirtió en el equipo con mayor número de éxitos consecutivos de la historia de este torneo, al sumar 11, y tratará de ampliar más este registro.

La pentacampeona del mundo desea su cuarta Copa, pero ya consiguió lo más importante: reconquistar a su hinchada, y una derrota contra la mejor selección del mundo no les restaría la legitimidad ganada, ni sería considerada un Maracanazo.

Para Scolari la Confederaciones ha sido un certamen redondo, en el cual ha podido ver a sus principales piezas en acción, y en choques de alta tensión, frente a una torcida muy estimulante, pero a la vez muy exigente.

Quizás con la adición de dos viejos lobos de mar como Ronaldinho Gaúcho y Kaká termine por completarse esta nómina, pero por si acaso ya el monarca del orbe de Surcora/Japón-2002 tiene cartas para apostar.

Por el contrario, España es una selección completamente hecha, a la cual se le dan retoques epidérmicos de un torneo a otro.

Prácticamente son las mismas caras que llegaron al éxito en Europa y el Mundial en los últimos años (hay 19 campeones del mundo en la lista, y 10 de ellos ganaron también las dos Eurocopas), y la única sorpresa sería que Vicente del Bosque no colocara a Iker Casillas bajo los tres palos.

La generación de oro del fútbol español lleva más de tres años y 29 partidos sin perder, y busca el único trofeo que le falta en el palmarés, por eso pese al cansancio sus principales jugadores mantienen la motivación.

Es la final que todos queríamos. Ni yo ni nadie de esta generación hemos jugado contra Brasil y nos hace una especial ilusión hacerlo en el Maracaná, dijo Xavi Hernández, uno de los cerebros del célebre tiqui-taca.

Lo cierto es que cuando en las primeras horas de la noche de Río comience a rodar el balón oficial de la Copa Confederaciones, Cafusa, el mundillo del fútbol puede sentirse orgulloso de ver frente a frente a su regente histórico y al mandamás actual.

Gane quien gane, saldrá ganando el más universal de los deportes.(PL)