Internacionalistas cubanos: con el escudo o sobre él
El santacruceño Juan José Pons Núñez (Pepe), partió para Angola cuando tenía 19 años de edad, “los 20 los cumplí luchando por la verdadera justicia”, evoca. “Junto a un numeroso de soldados cubanos, embarqué en el mercante Grito de Baire, donde hicimos una marcha combatiente, a la par del pueblo, desde la proa a la popa para repudiar a la escoria que desde el puerto de El Mariel, en La Habana, salió en distintas embarcaciones hacia los Estados Unidos”.
En los 18 días de travesía, había siempre quienes vomitaban, mareados “por los cabezazos que daba la nave al enfrentar las enormes olas, pero convencidos de la importancia de la tarea encomendada. El colonialismo portugués había dejado a ese pueblo una terrible herencia: hambre, analfabetismo, miseria, enfermedades…”.
La concentración de los más de mil 500 combatientes a bordo de la embarcación Grito de Baire, se hace en Taguasco, a tres kilómetros de Kinfandongo. “Nos reubicaron por regimiento. Fuimos el relevo de otros camaradas”, señaló
Pons es designado en la Unidad 6259, del primer batallón de infantería motorizada, en Alto Hama. Preparaciones en el campo de tiro y con explosivos, aportaban conocimientos indispensables a la tropa.
Una escuadra de ingenieros exploradores, iba al frente del batallón, para salvaguardar a cada hombre. “Nuestro objetivo era detectar al enemigo, las minas cazabobos: enmascaradas en un fusil, aparentemente abandonado, un radio o cualquier otro objeto de valor y desactivar las minas antitanques. En muchas ocasiones teníamos el apoyo de la exploración aérea”.
“Era una tarea riesgosa. Durante el día, al hacer cualquier avance, los ingenieros exploradores nos manteníamos distanciados ocho metros, unos de otros, y por la noche de cuatro a seis metros. En la guerra hay que poner en práctica todo lo aprendido. Se puede perder la vida, pero no la responsabilidad mientras se cumple el deber”.
Respuesta ante las Misiones
Dan la alarma de combate, como de costumbre Juan José era el primero en la fila. “Dieron la voz de firme. Se nos planteó rescatar los cadáveres de seis hermanos cubanos caídos en combate directo con la UNITA (Unión Nacional para la total independencia de Angola), dirigida por Sabimbi, un asesino a sueldo de los criminales surafricanos y del imperialismo yanqui”.
Se dirigen a la loma de Canchala, allí., sobre un camión Gaz 66 los valientes internacionalistas fueron incinerados. “Ni siquiera así, pudo el enemigo exterminar su ejemplaridad. Juramos seguir la lucha sin un minuto de tregua. Al cabo de un mes se organiza la Operación Respuesta, al mando del General de División Pedro García Peláez. Se atacaron varias bases de la UNITA, con el apoyo de aviones de combate B-21, asestándoles un golpe rotundo”.
Varios fragmentos de una granada, hieren levemente una de las piernas del joven Pons Núñez, en la emboscada de Lewis, del poblado Bailundo, perpetrada por las fuerzas cubanas. “Delvito, un muchacho de Camagüey- expresó- resultó herido. Una bala le atravezó el bazo, pero logró sobrevivir”.
Son muchas las anécdotas recogidas por este santacruceño, en una libreta: todo un tesoro histórico. Los 26 meses y medio están recogidos en viva redacción llena de interesantes acontecimientos. Como aquella operación de 21 días en la zona de Bailundo, Luimbale y Alto Hama, guiada por el Jefe de la misión y altos oficiales del Regimiento de Wuambo, donde se capturaron más de tres mil cabezas de ganado, quitadas a los campesinos angolanos por los surafricanos, y la ocupación de fusiles Falls, Y-3, explosivos plásticos C-4.
“Al regresar al Regimiento de Wuambo, fuimos estimulados moralmente por los Generales García Peláez y Tomassevich. Nos felicitaron en nombre del Partido Comunista de Cuba y el pueblo angolano”.
Enseña regocijado las medallas entregadas ante la firme lealtad: la de combatiente internacionalista de primera clase, por la victoria Cuba- República Popular de Angola, distinción destacada en la preparación para la defensa, Cincuenta Aniversario de las FAR ( Fuerzas Armadas Revolucionarias) y Servicio Distinguido.
Ante otro llamado de la Patria
Juan José va hacia Nicaragua, “como asesor militar por el GEM (Grupo de Especialistas Militares)”. La experiencia y responsabilidad de este soldado le permitió asumir la tarea de profesor de ingeniería y topografía, impartiéndole clases a pequeñas unidades de tropas especiales, distintos tipos de batallones y a los integrantes del servicio militar patriótico, en el poblado Mulokukú, de la sexta región militar Matagalpa.
“Sabía que podía perder a mi hijo en cualquiera de estas misiones, pero respondí como Mariana Grajales. Ante el llamado de la patria no puede haber negación. Pepe ha sido el único de mis cinco hijos que tuvo esta honrosa oportunidad, aunque los demás siempre estuvieron dispuestos y lo siguen estando”, nos dice María Francisca Núñez Barbán.
Le volvieron a conferir la medalla de combatiente internacionalista de primera clase y es Vanguardia de las FAR.
“En cualquiera de esta tierras hermanas pude haber caído, siempre de cara el sol como nuestro Apóstol. Mi aporte internacionalista contribuyó un poquito a saldar mi deuda con la humanidad”, comentó finalmente Pons Núñez.
Quedan madre e hijo en el balcón de la humilde casa donde residen, releyendo las cartas sobre las cuales la progenitora, tantas veces, derramó lágrimas emocionadas. En las misivas siempre le pedía: “Espérame mami querida, con el escudo o sobre él”.
Basándose en los principios internacionalistas, Cuba colaboró con la hermana República Popular de Angola, en la gesta para consolidar la independencia política y económica, frente a imperialistas y racistas.
Tiene tradición de muchos años la amistad combativa entre los revolucionarios cubanos y los patriotas angolanos. Es por ello que la solidaridad de la tierra liderada por Fidel, dio pruebas a fines de 1975 y principios de 1976, en lo que constituyó lógica continuación de la política internacionalista que ha practicado la Revolución Cubana con los procesos de liberación nacional de África.
Cada siete de diciembre se rinde homenaje a los caídos en las honrosas misiones en otros pueblos del mundo.
(Tomado del sitio digital del Joven Club de Computación y Electrónica de Santa Cruz del Sur)