Diabetes: Endulzar la vida, no el cuerpo
Yanelis Martínez Puerta |
En Santa Cruz del Sur están diagnosticados como diabéticos mil 434 habitantes, lo cual representa el 3.8 por ciento de la población con 15 años y más de edad. La Doctora Yasmín Lidia Almanza Quesada, subdirectora de Asistencia Médica, informó que en todas las áreas de salud se cuenta con la consulta integral dirigida a este paciente, donde participa el médico de la familia, quien valora el estado general del enfermo, con la presencia de una especialista en psicología, la enfermera y un trabajador social.
La diabetes es una enfermedad crónica provocada por un conjunto de trastornos metabólicos, que afectan diferentes órganos y tejidos, por un incremento de los niveles de glucosa en la sangre: hiperglucemia.
Varias son las causas que inciden en la aparición del padecimiento, incluida la baja producción de insulina secretada por el páncreas, o por su inadecuado uso por parte del cuerpo, esto repercute en el metabolismo de los carbohidratos, lípidos y proteínas.
Los síntomas principales son emisión excesiva de orina (poliuria), aumento anormal de la necesidad de comer (polifagia), incremento de la sed (polidipsia), y pérdida de peso sin razón aparente.
La diabetes provoca diversas complicaciones: daña fuertemente a ojos, riñones, nervios y vasos sanguíneos. Cuando hay un control incorrecto de ella, se producen complicaciones crónicas como las cardiovasculares, retinopatías, neuropatías, nefropatías y daños microvasculares.
Un festival por la salud se efectuó en el poblado Haití, dedicado al diabético, donde se ofrecieron charlas educativas, servicios de medicina interna, oftalmología y optometría, entre otros.
Cuando se habla de asumir nuevos cambios en el estilo de vida, no sólo hay que pensar solamente en los pacientes diabéticos, sino en todo aquel está aquejado de otra patología. Es a partir de aquí cuando el apoyo de familiares y de muchas personas dentro de la propia sociedad se hace imprescindible. No se trata de poner obstáculos, sino abrir el camino, poner el alma y la conciencia en beneficio del necesitado.
Todos debemos interesarnos por tener una existencia sana, a partir de nuestra condición individual y colectiva. Aprender todo sobre alguna enfermedad que padezcamos, nos hace menos vulnerables. El sentido de la autoestima debe llevar energía positiva. Comunicarnos, intercambiar ideas, opiniones, experiencias… ayuda.
La diabetes no resta bienestar
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Dayani Telford Arteaga |
Dayani Telford Arteaga es una adolescente llena de optimismo, la diabetes mellitus la agredió, para quedarse en su organismo para siempre. “Tengo 13 años y desde los 10 convivo con la enfermedad. Leo textos donde habla del peligro de esta dolencia, pero sigo las orientaciones médicas al pie de la letra. Se me prohibió comer dulces y pocos productos a base de harina. Es difícil dejar todo eso, pero si es en beneficio de mi salud lo hago felicísima. Todos en mi grupo de octavo grado conocen eso, me ayudan y participo en todas las actividades de la escuela, sin separarme del glucómetro”.
Algo similar le ocurrió a Yanelis Martínez Puerta. “Desde niña cambiaron mis costumbres y hábitos propios de esa edad. Una cetoacidosis diabética se manifestó de forma muy violenta unida a una enorme hiperglicemia, fui ingresada en terapia intensiva. En los análisis se detectaron cuerpos cetónicos en la orina. Aprendí a cumplir con una dieta, sin dejar de estudiar ni abandonar la fantasía. Hago una vida normal. Pude superarme, licenciarme en enfermería y cumplir misión internacionalista en Guyana”.
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Francisco Cruz González |
“No me inyecto ni toma medicamentos, pero cumplo lo establecido. Hago las seis comidas al día. No consumo azúcares, y sí muchos vegetales. Aunque soy una persona mayor, quiero vivir mucho. Hay que saber sobrellevar la diabetes, no por eso soy menos que las demás personas. Si cada diabético se cuida no tiene por qué vivir amargado, es cierto, tenemos que restringirnos de muchas cosas, pero la ayuda de la familia compensa todo eso”, dijo Francisco Cruz González.
Se trata de seguir endulzando la vida, no el cuerpo. Padecer del citado mal, no significa el fin de la vida, siempre y cuando el camino correcto esté libre de atajos. Se trata de continuar el avance valiente, conocer más, llevar la dieta adecuada, ajustada al nivel de vida y los gustos preferentes… Sí se puede, si eres diabético puedes contribuir a minimizar las dificultades. (Iliana Pérez Lara/ Radio Santa Cruz)