Economía

Planificación y control garantizan éxito de campesino camagüeyano

Planificación y control garantizan éxito de campesino camagüeyano Hace seis años, el camagüeyano Enrique Pérez Horta decidió convertir en realidad su mayor aspiración: cultivar la tierra y demostrar que en esa actividad es posible lograr eficiencia. Para alcanzar ese cometido, Enriquito -como le conocen- solicitó un área a la salida de la ciudad de Camagüey, donde comenzó a levantar la finca Alkázar.

Hoy, el lugar reporta elevados índices productivos, y apuesta por el constante perfeccionamiento de la calidad de sus productos.

Ello es posible gracias a la exquisita planificación que este campesino acomete, mediante controles estadísticos y financieros, la atención a los trabajadores y la exigencia de resultados positivos; todo sobre la base racional de un presupuesto inicial.

“Luego de eliminar las malezas comencé a incursionar en la ganadería a pequeña escala; construí tres pozos para garantizar el agua al rebaño e inicié la siembra de caña y kingrass para el alimento animal”, dice este constructor devenido completo campesino, quien también se ha interesado por la ceba de toros. De hecho, los terneros destinados para ese fin llegan a alcanzar más de 1 000 libras.

Un ejemplo de la efectividad en ese renglón es la venta, este año, de 25 ejemplares, hijos de las propias vacas de la finca.

Otro indicador de eficiencia es el ciento por ciento de natalidad vacuna que reporta la finca Alkázar en los últimos tres años, la cual, actualmente, cuenta con 33 vacas en ordeño, que aportaron de enero a julio más de 40 000 litros de leche de primera calidad y 33 nacimientos.

A todo ello se agrega el desarrollo de ovinos, equinos y cerdos, así como la siembra de árboles de madera preciosa, para el embellecimiento del lugar y áreas de sombra para los animales.

Periódicamente, Enriquito analiza la marcha de sus producciones en relación con años anteriores y registra el presupuesto destinado a cada actividad y el pago de los impuestos establecidos por la Oficina Nacional de la Administración Tributaria.

Además, cada trabajador es remunerado de acuerdo con los resultados finales de su quehacer.

Aunque Pérez Horta reconoce que ha consolidado sus aspiraciones iniciales, “a diario me esfuerzo para mantener la calidad de lo que hacemos aquí y me propongo superar los resultados actuales con la construcción de una casa de vaquería con mejores condiciones, ampliar las zonas de pasto animal y garantizar otro pozo de agua.

“Todo ello puede lograrse con un efectivo control económico y de los recursos, lo que permitirá un mayor aporte al Estado y a la alimentación del pueblo, que es la tarea que nos corresponde como campesinos”, sentencia.

A seis años de creada, la mejor recompensa para quienes laboran en la finca Alkázar está en la recuperación de lo invertido y en la acumulación de efectivas utilidades que permiten afirmar en buena lid que el constructor Enrique Pérez Horta es ahora un eficiente ganadero.

Por Raysa Mestril Gutiérrez/ Radio Cadena Agramonte.