Justin Bieber, el fanatismo y el morbo de las redes sociales
Cada día Internet, particularmente las redes sociales, ponen a prueba tanto la capacidad de asombro de los seres humanos, como sus instintos naturales de autoestima y amor propio. Esta vez la nota curiosa, más bien espeluznante, la colocó en Facebook una supuesta adolescente mexicana de 15 años llamada Verónica Isabel, quien creó una página nombrada “Mi Virginidad por un Boleto para Justin Bieber, Urgente”, donde especifica sus contactos electrónicos para el chico que desee aprovechar la oferta.
Parece cosa de broma, pero la publicación ha generado en el sitio digital una avalancha de comentarios groseros y de ataques personales a la joven, quien en uno de sus últimos post manifestó que podría suicidarse por la gravedad de las injurias proferidas contra ella.
Quien se mantenga al margen del acontecer de la farándula contemporánea, se preguntará quién será Justin Bieber y si realmente merece la pena semejante ridículo a nivel global, pues la citada página ha acumulado miles de visitas y de opiniones, aunque es imposible conocer la cifra exacta.
El ídolo juvenil del pop, de 17 años y original de Canadá, se convirtió en estrella de multitudes de adolescentes en todo el mundo en septiembre del pasado año, cuando obtuvo el premio de la televisora MTV a la mejor revelación.
Desde entonces, más que por la dudosa calidad de sus letras o de su música, Bieber ha trascendido por el delirio suscitado por su presencia en niñas y adolescentes, y por la amplia cobertura de la prensa sensacionalista hacia su romance con Selena Gómez, otra cantante juvenil.
Por supuesto, la autenticidad de la propuesta en Facebook es cuestionable, pues bien pudiera tratarse de una artimaña mediática para generar más escándalo sobre la imagen del artista, incrementar las ventas de boletos y promocionar al máximo la iconografía sobre su persona.
Pero el fanatismo es real, va desde acampadas para conseguir las entradas como sucede en Perú, donde se presentará el próximo 17 de octubre, pasa por los supuestos suicidios de dos chicas chilenas, según reporta el sitio justinbieber.es, y llega hasta las amenazas de muerte de las fans a las mujeres que lo rodean.
Posiblemente, el fenómeno Bieber se diluya en el tiempo como el de tantas otras estrellas juveniles del pop de fines de los años 90 y de los 2000, a los cuales la falta de madurez artística les impidió competir en un mundo donde el éxito depende de la frescura del rostro y la agilidad de los movimientos amén de las "firmas" que juegan con las nuevas figuras.
Lo preocupante realmente es la influencia enfermiza que ejercen sobre las generaciones que los escuchan y los siguen, ahora aupada por el vertiginoso flujo de información en Internet, espacio donde hasta féminas menores de edad se prostituyen, como Verónica Isabel, por un boleto que se vendió en México a un precio de hasta 144 dólares.
Es muestra, además, de cuánto le falta a la sociedad global en este planeta por poner fin a la incultura, el desarraigo social y la pérdida de valores, sobre todo en los más jóvenes, que no tienen experiencia sobre la realidad de la vida y la miran a través de la pantalla del televisor o del ordenador y se creen que todo lo que brilla es oro. (Por Lianet Leandro López, AIN)