Haití: Patria es Humanidad
El hombre, en su devenir histórico social, desarrolló un grupo de valores ético-morales, sentados sobre la base de los mejores sentimientos humanos. Ejemplo de ellos son el respeto, el altruismo y la solidaridad, emociones capaces de hacer que el hombre ejecute acciones en beneficio de sus semejantes, sin esperar nada a cambio.
Por estos días fui testigo presencial de la solidaridad humana, cuando una familia se reunió para apoyar, ayudar, y socorrer, en la medida de las posibilidades, a uno de sus miembros que sufrió un accidente. Y en esa ocasión pude constatar que es valedero el dicho popular de que los verdaderos amigos, se conocen en las malas, y no en las buenas, incluyendo a la familia en sentido general. Es muy reconfortante saber que quienes te quieren bien te tienden la mano cuando más lo necesitas.
Así mismo se ha comportado Cuba, junto a otros países del área y del mundo, con el hermano país de Haití, azotado por un violento sismo que destruyó gran parte de su capital, y el saldo de muertos y damnificados asciende a cientos de miles, presentando un cuadro dantesco en las destruidas calles de Puesto Príncipe.
Nuestros colaboradores que permanecen en el territorio haitiano desde hace más de una década, así como los que llegaron en una misión urgente, paralelamente con personal dominicano venezolano, argentino, chileno, brasileño, francés, nicaragüense y de otras tantas naciones, se mantienen en una ardua labor ininterrumpida para auxiliar a las personas heridas, afectadas y damnificadas por el evento telúrico, que en la opinión de expertos y testigos de otros sismos, fue uno de los mayores en los últimos años a nivel global.
Cuando se observan las imágenes de nuestros enviados especiales de la prensa nacional, y se transmiten los reportes de las distintas televisoras destacadas allí, percibimos el desastre que aún permanece en la populosa urbe, y el dolor de las personas por la pérdida de sus familiares, sus hogares, y el estado de desesperación a que están sometidos los haitianos, pero también vemos como el mundo se sensibiliza y varias naciones tienden su mano con medicinas, médicos de todas las especialidades, alimentos, agua, y otras provisiones necesarias para situaciones excepcionales como esta.
Y aunque siempre el manto negro del imperio quiere cubrir y oscurecer la buena obra humana, ésta se levanta como un sol que extiende sus rayos luminosos en beneficio de los que hoy padecen penurias, de los que claman una mano amiga en que apoyarse para andar, en esa mano que extiende muchos pueblos del mundo al hermano pueblo haitiano, en esta hora adversa cuando todos podemos esgrimir el pensamiento martiano de que “Patria es Humanidad”.
(Hugo Betancourt Mayoral / Radio Santa Cruz)