[:es]Fidel en el cine, una aproximación desde Santiago de Cuba[:]

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Santiago de Cuba, 7 dic .-La trayectoria de Fidel Castro en la consolidación de una cinematografía nacional y él mismo como figura central de documentales dentro y fuera de Cuba trasciende en la indagación de un profesor universitario.

En declaraciones a Prensa Latina, el doctor David Silveira, de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Oriente, explicó la importancia concedida al séptimo arte por el líder desde los primeros momentos tras el triunfo revolucionario, al punto de que el cine fue centro de la primera ley en el ámbito cultural.

Con la participación de notables intelectuales cubanos, encabezados por Alfredo Guevara, comenzó a gestarse un cine auténtico y vital, de fuerte acento ideológico y compromiso social que aportó desde esos inicios obras imperecederas a la cinematografía latinaomericana, resaltó el estudioso.

Indicó Silveira el surgimiento del Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográficos (ICAIC), la preeminencia del documental como vehículo expresivo y el Noticiero ICAIC Latinoamericano con Santiago Alvarez al frente como hitos en ese despegue del cine nacional.

Fidel fue un gran protagonista del Noticiero ICAIC, afirmó el investigador, quien consideró esas emisiones como monumentales en su vocación de registro histórico, sin obviar la experimentación formal y logros estéticos en su concepción renovadora del género.

Resaltó entre esas propuestas la número 126, dedicada a la Crisis de Octubre de 1962, en la cual Fidel brilló como estadista, así como la Segunda Declaración de La Habana, de 1965; El Octubre de todos, de 1977; Y la noche se hizo arcoiris, estrenada en 1978.

Valorada por la crítica como una de las mejores realizaciones del cine documental cubano de todos los tiempos, el profesor exaltó a Mi amigo Fidel, una obra de notable calado lírico y humano en la cual se narra el encuentro del Comandante en Jefe con un humilde anciano que conoció a José Martí.

La indagación registra también las incursiones, con Fidel como leit-motiv, de los cineastas cubanos Miguel Torres, Rebeca Chávez y Roberto Chile, así como la realizadora de origen estadounidense Estela Bravo, quien alcanzó con Fidel, la historia no contada, del 2001, un trascendente reflejo de su dimensión.

Igualmente, Silveira reconoce a personalidades del cine mundial como la francesa Agnes Varda, que fue uno de los primeros europeos en ese acercamiento con el documental Salut les cubains, de 1963 y considerado obra maestra en la historia del séptimo arte.

Del periodista italiano Gianni Miná trasciende Un día con Fidel, de 1987, y posteriormente El papa Francisco, Cuba y Fidel, mientras que del norteamericano Oliver Stone no pueden obviarse Comandante, del 2003, y Looking for Fidel, del año siguiente, apuntó.

Como una pieza muy singular en ese registro aludió a 638 ways to kill Fidel Castro, del británico Dollan Cannel, con una exhaustiva mirada a los numerosos intentos de asesinato del líder.

Uno de los documentales más entrañables mencionados fue Moi, Fidel, de Axel Ramonet, hijo del relevante periodista Ignacio Ramonet, a quien acompañó durante la larga entrevista concedida entre los años 2003 y 2004 y de la cual resultara el libro Cien horas con Fidel.(PL)

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