Diputado denuncia impacto de ley Helms-Burton en la sociedad cubana

La Habana, 13 jul .-El impacto que genera a Cuba la ley Helms-Burton y la activación de su Título III, es de gran magnitud pues está diversificado a todas las ramas de la economía, consideró el legislador Julio César García.

 

A criterio del diputado, la extraterritorialidad de esa ley ha influido en que ‘no son pocos los países y firmas que han decidido no seguir estableciendo relaciones después de años de trabajo con nuestra nación’.

En declaraciones a Prensa Latina, García explicó que, con respecto al tema de los portadores energéticos, la Helms-Burton tiene un impacto en toda la sociedad impidiendo que lleguen transportadores de combustibles a la isla.

Como consecuencia de esto, se ha afectado el servicio de transporte y otros vitales del país, complementó el parlamentario que participa en reuniones previas al tercer período ordinario de sesiones de la IX Legislatura de Asamblea Nacional del Poder Popular, prevista para este fin de semana en el Palacio de Convenciones.

García afirmó que la ley Helms-Burton, y sobre todo, la activación de su Título III, ha puesto a prueba una vez más la inteligencia y capacidad de los cubanos.

Son muchas las acciones que se desarrollan bajo la política de la dirección del país para encontrar nuevos rubros exportables, de lograr sustituir aquello que podamos producir y de encadenarnos con las principales líneas productivas del país, añadió.

De acuerdo con el parlamentario, también se trabaja en la búsqueda de nuevas oportunidades a partir de empresas y compañías que están decididos a enfrentar la hostilidad del gobierno de Estados Unidos hacia Cuba.

En varias oportunidades, el presidente Miguel Díaz-Canel ha expuesto que la ley Helms-Burton tiene como propósito destruir a la Revolución del 1 de enero de 1959, además, y agrede la independencia y la dignidad de Cuba.

En vigor desde 1996, la normativa codifica el bloqueo impuesto por Estados Unidos a la mayor de las Antillas desde hace casi seis décadas.

Con sus cuatro títulos busca asfixiar al país mediante una injerencia directa en sus asuntos internos.

La Helms-Burton, cuyo acápite III se activó el pasado 2 de mayo, tiene además un marcado carácter extraterritorial, al pretender obstaculizar la inversión extranjera en la isla.