[:es]Che Comandante, amigo[:]

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Cuando se cumplen 90 años de su natalicio en la lejana ciudad argentina de Rosario, Ernesto Guevara de la Serna sigue viviendo en Cuba y el mundo, multiplicado en todos aquellos que luchan por conquistar sus sueños de justicia.

La breve pero intensa vida del Guerrillero Heroico compendia los más altos valores morales de un ser humano, trascendidos en los testimonios de sus compañeros de batallas, primero en la guerra, y luego en la relativa paz que caracterizaron los primeros años de la Revolución, luego del triunfo.

Trabajador infatigable, en los años que estuvo al servicio de nuestra patria no conoció un solo día de descanso. Fueron muchas las responsabilidades que se le confiaron: Presidente del Banco Nacional, Director de la Junta Central de Planificación,  Ministro de Industrias y, en múltiples oportunidades, jefe de delegaciones de tipo político, económico o fraternal.

Multifacético y exigente consigo mismo, se consagró a la construcción de la nueva sociedad abierta en Cuba tras la alborada de enero de 1959. De manera especial, en el campo de la economía y de la industrialización del país fue uno de los más incansables colaboradores de Fidel, quien lo definió como “hombre íntegro a carta cabal, hombre de honradez suprema, de sinceridad absoluta, hombre de vida estoica y espartana. Constituyó por sus virtudes lo que puede llamarse un verdadero modelo de revolucionario”.

Médico, combatiente, estratega militar, en los primeros seis años del poder revolucionario tuvo una actividad intensísima, política, administrativa e intelectual, porque por sobre todas las cosas, el Che fue un hombre de ideas.

Tanto su pensamiento económico en las condiciones de un país en tránsito al Socialismo, como su ética revolucionaria, que avizoró la necesaria formación del hombre nuevo, mantienen plena vigencia en nuestros días.

En el nonagésimo aniversario de su natalicio, Guevara sigue vivo en su legado trascendente; en la lucha contra el Imperialismo dondequiera que esté; en el juramento de nuestros pioneros de ser como el Che; en las manos solidarias que responden con sus modestos esfuerzos al reclamo de otras tierras del mundo; en las batallas por librar en todos los campos, convencidos siempre de la victoria.

Por  Rosa María Moros Fernández/ Radio Cadena Agramonte.[:]