Ya está en Santa Cruz del Sur médico que luchó contra el ébola

Ya está en Santa Cruz del Sur médico que luchó contra el ébolaLiberia queda atrás libre del ébola. El doctor Osmani Rodríguez González, trae el regocijo en el rostro, sin embargo, en la mente quedan aquellas vivencias de muerte, que a su llegada a ese país hubo de enfrentar como soldado del deber comprometido con una humana causa a la que le dio el frente, investido de su experiencia como especialista en Medicina General Integral.

Cuando el astro solar aún enaltecía brilloso en la tarde dominical, el galeno llegó al poblado Gran Panel, donde reside, aledaño a la comunidad Jesús Suárez Gayol, en Santa Cruz del Sur, distante 23 kilómetros de la cabecera municipal.

En cuanto abrió la puerta del pequeño automóvil, los brazos de familiares, conocidos y camaradas de labor se abrieron en abanico gigante. Todos le dijeron frases conmovedoras, acompañadas de consignas revolucionarias.

Las oratorias no se hicieron esperar. La licenciada en enfermería Katia Cruz Cedeño, directora del Policlínico de La Jagua., expresó, “fue altruista la tarea asumida por Osmani, al igual que la del resto de los cooperantes cubanos en los pueblos hermanos de África Occidental. Fue otra labor solidaria de la medicina de esta Isla revolucionaria, puesta al servicio de la humanidad, donde el sacrificio, tesón y firmeza fueron fecundos”.

Otra fémina en representación de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) y la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), elogiaba al especialista en MGI, al dar su apoyo voluntario ante el llamado hecho por la máxima dirección cubana, para atacar la epidemia, evitando su propagación. “Vuelves a la patria con la frente en alto y la misión cumplida”.

Dianco Sixto Oliva, miembro del Comité Municipal del Partido Comunista de Cuba, en la localidad, comentó acerca de las miles de muertes que causó el ébola en las regiones africanas, donde acudieron los galenos y enfermeros del sector de la Salud Pública. Reconoció finalmente la significativa tarea del ejército de las batas blancas para erradicar el dramático mal.

Los vecinos pidieron al recién llegado, comentara algunas de las vivencias en Liberia. Rodríguez González. “Debido a los continuos fallecimiento por ébola, los liberianos no salían de los hogares, tenían miedo. Las calles estaban vacías cuando llegamos. Muchas familias se extinguieron totalmente y otras quedaron con pocos integrantes. Aunque ya había cumplido misión en África, la idea que llevaba estaba distante de la realidad a enfrentar”.

“Colocarse uno de aquellos trajes de protección unos minutos era una proeza, sólo basta imaginar cuando lo llevábamos puesto dos horas… era necesario. Las salas comenzaron a llenarse de pacientes, eso condujo a organizar el trabajo las 24 horas del día. Nos actualizamos aún más sobre la epidemia; fue una labor compleja; pero conseguimos el resultado deseado: libramos a Liberia del ébola”.

La patria crece en ilustre hijo

– Luego de seis meses de intensa labor en Liberia, enfrentando la mayor emergencia sanitaria mundial después del SIDA en la década de 1980. ¿Qué reflexiones puedes hacer?

-“Recuerdo cuando estábamos en la etapa preparatoria, tuvimos un fin de semana de descanso y pudimos todos ir a ver nuestros familiares. Alguien me preguntó si sentía miedo ir a luchar contra el ébola, interrogante hecha, de igual manera, al resto de mis compañeros… No lo puedo ocultar, sentíamos temor, pero había que enfrentar la tarea con el valor necesario. De no haber sido por el contingente cubano enviado a África Occidental a controlar el ébola, hoy sería una pandemia la enfermedad, pues los países que estaban apoyando allá estaban aportando recursos materiales, pero el humano resultaba restringido.

Cuando llegamos a Liberia inauguramos una Unidad de tratamiento de ébola. Hecha por el Ministerio de Defensa de ese país, de conjunto con organizaciones norteamericanas y suecas, un grupo de médicos y personal paramédico de África, integrantes de la Unión Africana. Todos guiados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Al iniciar el trabajo el hospital tenía un médico y 24 enfermeros. Al llegar los cubanos aportamos 20 médicos y 39 enfermeros. Se duplicó el personal de enfermería e incrementó 19 veces la asistencia médica. Eso nos permitió a pesar del poco tiempo de entrenamiento, tanto en idioma inglés como en la enfermedad, que los integrantes de la brigada internacionalista cubana adquiriéramos los conocimientos indispensables para comenzar la tarea.

De no haber dado este paso estuviéramos lamentando cerca de 100 mil muertes por ébola o quizás más. El virus se hubiera expandido por los cinco continentes.

Nunca mis padres se opusieron a que cumpliera la peligrosa misión. Ellos sabían su significado para la humanidad. Salimos victoriosos. Ha sido algo inédito.

– ¿Cuánto más habría que hacer en Sierra Leona y Guinea Conakry para que la epidemia no se siga desarrollando y tienda ha infestar otras regiones del mundo?

-“Nosotros tuvimos la ventaja de trabajar en un hospital que se convirtió en la Universidad Médica del ébola, en Liberia. Fue un hospital de referencia, allí entrenamos un grupo numeroso. El propósito fue entrenar 700 liberianos, así ellos seguían ejercitando a los demás. No sé si en Sierra Leona y Guinea Conakry se pudo hacer lo mismo.

Allí había más de 80 organizaciones no gubernamentales, cuyo objetivo era apoyar la batalla que estábamos librando, sólo en lo material e insumos, no tenían el recurso humano necesario. En Sierra Leona y Ginea Conakry, hubo demora en iniciar las labores correspondientes, pues no contaban con la infraestructura de Liberia.”

– ¿En qué medida crece Cuba en otro de sus hijos internacionalistas, que no midió el peligro para enfrentar el ébola?

-“No sólo en uno, en más de 200. Cuba creció mucho, compartimos con mucho personal y los entrenamos. Tengo la experiencia de haber preparado un médico de La Habana, en una Unidad controlada por el ejército norteamericano, eran marines. Estuve allí una semana completa. Vimos cómo querían ese acercamiento. Se enorgullecían de tener cercanos a profesionales de un país, que aunque bloqueado por su gobierno hace más de 50 años, compartió lo poco que tiene y aportó lo que ellos no fueron capaces de brindar. Dieron recursos materiales, soldados, pero no el ejército de batas blancas como el de Cuba.

Cuba creció en nosotros, nos hizo mejores personas, eso lo hemos transmitido y lo haremos siempre. Los cubanos somos una gran familia.

La misión de Liberia fue la cima del internacionalismo y la solidaridad cubanos. Lo que somos se lo debemos a la Revolución y al pueblo. Debemos agradecerles a los medios de prensa, hicieron un esfuerzo grandísimo. El reportaje que me hicieron lo vi en la página Web de Radio Santa Cruz. Fue muy bueno mantenernos actualizados”.

-¿Cuánto más le queda al doctor Osmani por hacer?

-“Queda bastante por hacer. El sector de la Salud Pública en Cuba requiere de nuestro apoyo permanente con el humanismo que nos caracteriza. La sociedad continuará recibiendo mucha atención de los médicos y enfermeros comprometidos con esta causa socialista encabezada por Fidel y Raúl”. (Raúl Reyes Rodríguez/ Radio Santa Cruz)