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De escrituras y ordenadores

De escrituras y ordenadoresLa historia cuenta que mucho antes que Charles Darwin expusiera en su libro El Origen del Hombre, publicado en 1871, su Teoría de la Evolución, ya Anaximandro (611-547 a.n.e) y el romano Lucrecio (99-55- a.n.e.), relacionaron en el tiempo todas las cosas vivas.
 
En esa época la ciencia se basaba, principalmente, en la observación y es sorprendente la similitud de tales conceptos, a los que se tienen hoy en día.
 
Es incuestionable que el hombre desciende del mono, cuando este, bajó del árbol, desarrolló su cerebro, sus extremidades y las perfeccionó.
 
Un día se dio cuenta de que podía sostener un palo con sus manos y que estas le permitían hacer otras cosas nunca imaginadas con ellas;  por ejemplo: pintar en las paredes de las cuevas, de las rocas y, con el tiempo, escribir.
 
La escritura, en sus diversas formas y en cualquiera de las lenguas existentes en el Planeta Tierra, ha sido durante siglos, si no la principal, una de las esenciales maneras que tiene el hombre para comunicarse.
 
Hasta hace muy poco tiempo era el lápiz, la estilográfica, el bolígrafo, los instrumentos casi insustituibles para ese diario y común ejercicio.
 
Cuando niño, se hace engorroso trazar a mano las primeras letras, palabras y oraciones, pero con el tiempo y la práctica se convierte en un hábito de vida, gracias al esfuerzo y tesón de los maestros.
 
Sin embargo, hoy en día, con el avance de la ciencia y la tecnología, la escritura, tan importante para el desarrollo del ensamiento, se está olvidando un tanto.
 
Antaño, el arte de escribir bien, tener una buena caligrafía, constituía un hecho destacado en la sociedad, con la honrosa excepción de los médicos.
 
Lo anterior llegaba a tal punto que los que tendían a escribir con la mano izquierda, los zurdos, tenían la desdicha de que se les obligaba a hacerlo con la mano derecha: una verdadera tortura.
 
Es cierto que con el desarrollo y uso cada vez mayor  de las nuevas tecnologías y, sobre todo, de la información (TICs), han puesto en cierto desuso la escritura a mano.
 
Quizás por el momento, no haya que alarmarse y parece que todavía habrá tiempo de continuar a mano, alguna que otra carta de amor, aunque el futuro pudiera ser algo para “pitonisas”.
 
Muchas cosas han ido cambiando en los últimos decenios y hoy, aunque no se viaje en carros voladores, ni se tengan refrigeradores inteligentes que puedan hacer los pedidos de alimentos, hay que estar preparados para tiempos con modos y formas de vivir, totalmente diferentes a las actuales.
 
Una noticia en ese sentido es la creación de un ordenador robótico, que es posible manipularlo a distancia, con los gestos de la mano.
 
El equipo puede tener en cuenta de manera simultánea, los movimientos de las dos manos del usuario. No hay que apretar ningún botón, ni siquiera teclearle la orden.
 
La primera aplicación que se le ha dado a QB1 es de reproductor automático de música que “atiende los deseos del usuario: las canciones que le apetece oír, el volumen de la música y otras”.
 
Puede esperase, entonces, el desarrollo de este y otros ordenadores robóticas, a los cuales se le incluirá otra posibilidad, la de hablar, y no hay que preocuparse.
 
Al igual que el libro, aún no ha desaparecido, ni desaparecerá, la escritura a mano. Más bien, seguirá desarrollando el pensamiento del hombre y este, por lógica, no volverá como su ancestro a subir al árbol.