Girón, preludio de victorias

Girón, preludio de victoriasLa Revolución Cubana desde sus inicios marcó pautas en el acontecer nacional y regional, con su proyección popular y antiimperialista.

Medidas de nacionalización de compañías extranjeras y la intervención de un sinnúmero de empresas sumadas ala la expropiación de los grandes latifundios, con el reparto de las tierras mediante la Reforma Agraria, entre muchas otras, repercutieron en gran medida en la actitud de los enemigos de la Revolución.

Estos iniciaron una intensa labor subversiva de acciones armadas como sabotajes, atentados, asesinatos de campesinos, maestros, agentes del orden, y otras actividades encaminadas a socavar la economía del país.

Todo ese amplio plan contrarrevolucionario perseguía quebrantar el firme desarrollo del nuevo proceso social iniciado en Cuba y así lograr la caída del joven gobierno revolucionario popular.

Cumpliendo tales objetivos, organizaciones contrarrevolucionarias dentro y fuera del país, actuaron bajo el apoyo y la protección del gobierno de los Estados Unidos, quienes pretendían reconquistar el control del gobierno cubano y por consiguiente reinstaurar el régimen que imperaba en la nación caribeña antes del triunfo rebelde el Primero de Enero de 1959.

Es en ese contexto que se fraguó por los grupos opositores a la Revolución cubana que radicaban en el exilio, asesorados y apoyados por el gobierno imperialista yanqui, la invasión a Cuba, para obtener por lo menos una cabeza de playa y luego solicitar la intervención norteamericana en la isla.

El mes de abril de 1961 constituyó un espacio de tiempo en el que se desarrollaron importantes acciones que quedarían selladas para la historia de Cuba y Latinoamérica.

Los primeros días del mismo, se consolidaron para la contrarrevolución como de intensos en la actividad antipopular y desestabilizadora, con crímenes y sabotajes, mientras se organizaba la invasión al territorio nacional.

El gobierno revolucionario y el pueblo vivieron días difíciles, de gran tensión, en los que se puso a prueba la capacidad de respuesta y la firmeza de hombres y mujeres, de ancianos y niños, al mantener su decisión de no aceptar nunca más el regreso al pasado de explotación y oprobios.

Preludio de la invasión, el país sintió en su más profunda y cruda realidad, la agresión solapada, artera, con sabotajes como el de la tienda “El Encanto”, donde murió la trabajadora Fe del Valle, o los bombardeos a los aeropuertos de San Antonio de los Baños y Antonio Maceo en Santiago de Cuba, y de Ciudad Libertad, donde murieron trabajadores de esas instalaciones, como el joven Eduardo García Delgado, quien escribió con su sangre el nombre de Fidel.

En trascendental discurso en el entierro a las víctimas de aquellas acciones, el Comandante en Jefe Fidel Castro declara como socialista a la Revolución Cubana, siendo esta declaración apoyada por la mayoría del pueblo.

Sería ese el punto de inicio de una primera etapa revolucionaria, y el paradigma para seguir adelante la Revolución.

En ese contexto se alza la Revolución Socialista, consolidada, más grande y más fuerte, para como un bloque monolítico, enfrentar la agresión imperialista de Bahía de Cochinos, donde se venció en menos de 72 horas a las hordas mercenarias que acabarían muertas o prisioneras, constituyendo la primera gran derrota yanqui en el mundo, victoria que al decir del Guerrillero Heroico (Che Guevara), hizo sentir a los pueblos de Latinoamérica un poco más libres. (Hugo Betancourt Mayoral/ Radio Santa Cruz)