Mujeres santacruceñas siempre en la vanguardia

La gracia y la belleza que la naturaleza quiso depositar desprendidamente en los seres más exquisitos: las mujeres, continúan siendo de las características esenciales que las definen. Pero para los que apreciamos sus valores y hemos defendido su presencia en la vorágine cotidiana, también fuera del hogar, sabemos cuánto de integral tiene: sus condiciones excepcionales para digirir, de obrera ejemplar, maestra del deber, madre responsable y luchadora tenaz en el presente proceso de actualización económica hacia el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba.

Muchas son las canciones dedicadas a la flor más sublime, pero cuán ridículos nos volvemos si presentamos nuestro rostro caballeroso, y luego le viramos la espalda al verla esforzada, no la apoyamos en sus proyectos para educar mejor a los críos y criticamos esos empeños inspirados en fortalecer la vida, combatir lo mal hecho, levantar tribuna con la exigencia, sin dejar de ser  una orquídea en las relaciones con  sus compañeros, llevando la corona ética, justa, altruista y convincente.

Todavía son millones las féminas en el mundo convertidas en esclavas del negocio pornográfico, las drogas y todo el desparpajo sucio, empleado por la gran maquinaria capitalista. Ellas son esclavizadas aún en muchos países, recibiendo salarios míseros, maltratadas por ese machismo que aún persiste.

En esta Isla, nuestras mujeres son fibra de caguairán. Donde se encuentren todo tiene solución. Oportunidad han tenido de demostrarlo. Esta Revolución desde sus inicios las ha llamado y ellas acuden en masas. En la Campaña de Alfabetización; marchando fusil al hombro en filas milicianas; en las cuadras apoyando los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) y a la Federación de Mujeres Cubanas (FMC); pegadas al surco en la producción de alimentos, reforestando árboles maderables y frutales; en el ámbito científico y deportivo… en todo están y no fallan.

“Y la naturaleza hizo a la mujer más débil físicamente, pero no la hizo inferior al hombre moral e intelectualmente”, expresó Fidel. Siempre alzarán la bandera, llevarán el machete presto; los excelentes sentimientos para enaltecer los días dedicados a la patria y a su familia.

Siempre presentes

Leini González Batista, tiene pocas horas de nacida. Yaquelín Batista Martínez, su progenitora, la alimenta con la leche más exquisita, la materna. “Esta es mi segunda  hija, la mayor tiene 10 años. Decidimos mi esposo y yo aumentar la familia, porque no es bueno quedarse con un solo hijo, pero sobre todo porque nos amamos. Esta es la gran riqueza espiritual que tenemos las mujeres. En esta Revolución se puede parir, porque nunca nos va a faltar la atención médica”.

Desde su kiosco, Bárbara Pérez Martínez, nos pregunta qué deseamos comprar, al referir la verdadera intención de nuestra presencia no rechaza la petición. “Llevó algún tiempo como trabajadora por cuenta propia y me siento tan útil como cualquier otra mujer que esté laborando en un centro estatal. No abuso de nadie que viva de su sudor, los precios aquí no son altos. El momento es de contribuir, y ofrecer con calidad al pueblo, el puré de tomate, las frutas, aliños y verduras que usted puede ver aquí”.

En el departamento de esterilización del Hospital Municipal, trabaja un grupo de valiosas féminas, desde allí se vela celosamente por la vida del paciente. Enma Martínez Rondón, dice sentirse a la par que los hombres.

 “Nosotras contribuimos de igual manera, lo mismo cogemos un azadón para atender la tierra, que aprendemos computación y si es necesario tomamos un fusil para defender este hermoso Socialismo. La recuperación no falta, aquí descontaminamos bien el material de goma y se le da uso al mismo dos veces. El servicio médico y de enfermería no se detiene. Los gobernantes yanquis saben bien lo que buscan con el bloqueo, pero los cubanos somos más duros le buscamos salida a todo”.

Aleida Hidalgo Viamontes lleva 12 años como barbera, “y jamás he realizado un mal servicio. El cliente siempre se va complacido. Cuando una persona mayor o un niño llegan hasta nosotros, debemos tratarlos con respeto sin que falte una pizca de amor. Así  tiene que funcionar todo en la casa, donde vivo con mi esposo, dos hijos y una nieta bellísima. Gracias a Fidel, a Raúl y a esta Revolución podemos vivir felices… podrá haber escasez, pero nunca el deseo de trabajar le va a faltar a las mujeres cubanas”.

Desde 1973 Belkis Bárzaga Silveira es maestra primaria. En la escuela primaria Frank País atiende un grupo de estudiantes que cursan el sexto grado. “Siempre me ha gustado trabajar con niños, enseñarlos a amar los libros, la patria, los héroes y mártires… ellos son nuestro relevo y deben ver siempre en los educadores ejemplos de entrega sin límites, valores humanos puestos en práctica constante, eso los convertirá en mejores hombres y mujeres del mañana”.

 

 

Santiago SantaCruz  
Cortesía para Radio Santa Cruz