Fallece el relevante actor cubano Salvador Wood

La Habana, 2 jun.- El destacado actor cubano del Cine, la Radio, la Televisión y el Teatro, Salvador Wood, Premio Nacional de Televisión Por la Obra de Toda la Vida, falleció este sábado a los 90 años de edad.

Uno de los más respetados y queridos actores cubanos, Wood es admirado por generaciones de cubanos y recordado por sus inolvidables roles en los filmes cubanos La muerte de un burócrata y El Brigadista, entre otros.

El también Premio ACTUAR por la Obra de la Vida, otorgado por la Agencia Artística de Artes Escénicas en 2016, será recordado como uno de los actores más populares, prestigiosos y versátiles de nuestras artes escénicas.

Nació el 24 de noviembre de 1928, en Santiago de Cuba, al igual que su compañera de la vida, Yolanda. Sus padres eran santiagueros y por la estirpe paterna de los Wood, fue el único que tuvo el coraje de ser actor de los citados medios.

Salvador Wood se lamentaba de no haber aprendido música y de no tocar ningún instrumento musical, porque ese arte, llamado por Martí, la más bella forma de lo bello, ayuda mucho a los actores de cualquier género.

Sus primeros retos como actor fueron en la Radio, en 1943, en un programa especial sobre el fusilamiento de los ocho estudiantes de Medicina, el 27 de noviembre. Hizo el papel de uno de los jóvenes fusilados.

Después llegó al Teatro y su primer reto fue con solo 17 años de edad, en el año 1945, organizado por el Cuadro de Comedia y Arte Dramático creado en Santiago de Cuba por el actor matancero José María Béjar, en la obra Don Juan Tenorio, de Zorrilla.

Béjar hacía el Tenorio y él su contrafigura, Don Luis Mejías; obra en verso, un clásico del Teatro romántico español. Lo más simpático es que aún hoy se sabe de memoria la larga relación que le hace Don Luis Mejías a Don Juan Tenorio en la hostería El Laurel.

Le siguió, en 1952, el primer reto en la Televisión, en un programa de Paco Alfonso, en el Canal 2, dirigido por Jesús Cabrera, donde hizo por primera vez un personaje campesino. Después de eso, hizo 18 campesinos diferentes.

Más tarde, en 1960, debutó en el Cine, en un documental bajo el título de Chinchín, donde hizo el papel de otro campesino. El director fue Humberto Arenal y el fotógrafo, el canadiense Harry Tanner; se filmó en Jovellanos, Matanzas.

Donde Salvador fue más feliz como actor y sintió un mayor impacto emocional, fue en la película El Brigadista, en 1976, porque allí debutó su hijo Patricio, juntos los dos en el mejor ejemplo de fraternidad.

Como actor, también lo marcó sobremanera el haber hecho el papel de José Martí en un programa que dirigía Pedro Álvarez, en 1968, a propósito del centenario del estallido de la Guerra de los Diez Años, en el que su “esposa-novia” encarnó la figura de Carmen Zayas Bazán.

Este formidable actor fue un profesional empírico, sin escuela, y que aprendió observando y preguntando a los actores académicos como Juan Carlos Romero, uno de los directores más queridos; de Alejandro Lugo y de otros que harían penosa la lista por un olvido involuntario. Y como no tenía academia, se veía ante una enorme desventaja. Por eso tuvo que estudiar solo, leer mucho, y beber de las técnicas de Stanislavski después de 1959. Siempre se mantuvo actuando, y en el año 2006 participó en otra película, Listos para la Isla.

A sus 80 años, se declaraba esperanzado en seguir actuando, enamorado de una actriz que tuvo el valor de casarse con 59 años antes, y declaraba públicamente que tenía un apellido de madera (Wood, en inglés significa madera), pero una voluntad de hierro.

Entre todas las condecoraciones, diplomas, distinciones y medallas que poseía siempre dijo que se quedaba con la admiración de su pueblo y el cariño de su esposa, el de sus dos hijos y de sus cuatro nietos. (Tomado de Cadenagramonte/Con información de Juventud Rebelde y TV cubana y Cubadebate) (Fotos tomadas de Cubadebate)