Centro porcino en territorio santacruceño mantiene creciente producción

Los horarios establecidos en la cadena alimenticia conectados a una metódica vigilancia de las normas de limpieza y desinfección, se convierten en procedimientos efectivos de la rutina diaria que se emprende en el Centro Porcino enclavado en los interiores de la granja de la Unidad Empresarial de Base (UEB) “Cándido González” en Santa Cruz del Sur.

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Perteneciente a la (UEB) Tecnoazúcar en la provincia de Camagüey, el establecimiento tiene en sus cinco naves mil 136 animales, de ellos 201 reproductoras del tipo Landrace y 22 verracos de la raza York, muy prolíferos en crías, aporte de leche para el sustento de los pequeños marranos y carne, la que se destinada a la producción nacional.

Cochinatos, cochinatas destinadas a reemplazo y en pleno crecimiento, lechonas, otra numerosa cantidad en fase de preceba y 214 recién nacidos, son favorecidos en los corrales de tal manera que el cariño tampoco les falta.

Enrique Fajardo Izaguirre, obrero agropecuario en la nave cinco atiende más de 100 cochinatos en desarrollo. “En cinco meses y medio los llevo a 100 kilogramos de peso cada uno. En las jornadas de trabajo me fijo si alguno está triste, desganado o alejado del grupo. De existir alguna anormalidad pongo al tanto del problema a la doctora”.

Indetenible en los quehaceres laborales es Yudelsi Pacheco Díaz, graduada hace varios años en la rama de la medicina veterinaria. Ella es la médico principal de este lugar, uno de los tres centros multiplicadores genéticos de AZCUBA. Los otros están en el municipio habanero Placetas y Santiago de Cuba.

“Exigimos porque haya no sólo salud en los animales también en los trabajadores, por eso cada semana ejecutamos los cordones sanitarios internos a fin de evitar la transmisión de patologías. Si se detectamos en cinco kilómetros a la redonda alguna anomalía en determinado animal se lo comunicamos a la dirección municipal de Veterinaria, de inmediato es enviado un galeno de campo a revisar el caso”.

Mucho se cuida el avance genético de la masa al traer de los centros multiplicadores referidos otras reproductoras, evitándose el auto reemplazo que para nada favorece la calidad de las razas. “Por ejemplo, si un macho cubre una hija suya eso es fatal en la calidad reproductiva”, puntualiza Pacheco.

Cuando las hembras terminan el periodo de gravidez a los 40 días viene el destete de las camadas. “Al transcurrir una semana ellas inician la etapa reproductiva… caen en celo y son fecundadas por el semental. Procuramos que el verraco haga una formidable monta a la futura progenitora: eso favorece la prosperidad porcina”, explicó Ihosbani Batista Barrero, técnico de reproducción.

Preocupado este colectivo de 13 trabajadores por mantener fina la evolución genética les solicitó a sus homólogos de Placetas y Santiago de Cuba una notable cifra de hembras y machos, los que ya se alojaron en las convenidas naves.

La miel b de caña de azúcar, pienso, núcleo proteico y el ensilado (a base de viandas, mieles y conservantes) van a las canoas de forma regulada por las mañanas y las tardes, eso facilita que las nuevas descendencias aumenten 200 gramos diarios y los demás chanchos, de ambos sexos, 270.

En el cercano 2016 el Centro Porcino de la UEB Tecno Azúcar agramontina situada en predios santacruceños venderá 181 machos por encima de los 30 kilogramos de peso, varios cochinatos con 100 kilogramos y representativa cifra de lechonas así como cochinatas en crecimiento.