Singular abra cársica revela pasado geológico de Matanzas

Matanzas, 14 abr .- El hallazgo de un amplio registro fósil en las singulares formaciones de roca cársica del Abra de Figueroa, situada al oeste de esta occidental ciudad cubana, permite a un equipo de investigadores conocer detalles sobre el pasado geológico de la región.

Originado en el período Mioceno hace más de 20 millones de años, el sitio fue escenario de una convulsa actividad telúrica que originó en el terreno fracturas de hasta 30 metros de profundidad, característica atractiva en el presente para los amantes de la ciencia, la naturaleza y la aventura.

Dolinas tectónicas en corredor, cuevas clásticas y formaciones similares a las descritas como “nidos de abejas”, expresadas en la degradación de la piedra caliza, predominan en el abra, explicó a la AIN Logel Hernández, integrante del Comité Espeleológico de Matanzas (CEM).

Variada fue la fauna prehistórica en este, el cauce seco de un antiguo río, pues lo confirma la evidencia paleontológica mediante restos de vertebrados como el perezoso gigante o Megalognus rodens, además de aves, reptiles, roedores, insectívoros, quirópteros y moluscos, refirió el investigador.

Sistemas de Información Geográfica e instrumentos tradicionales se conjugan para esbozar, con exactitud, la cartografía del accidente geomorfológico ubicado en la periferia de esta urbe comentó Alberto Clark, otro de los exploradores.

La pesquisa científica extendida en febrero último a la “zona C” del lugar, pretende obtener nueva evidencia fósil para dilucidar varias interrogantes que persisten sobre el mismo, como continuidad a la serie de excavaciones realizadas desde la última década del siglo XX.

El origen del nombre de la zona resulta un misterio, y en principio se creyó descubrir allí rastros de antiguas culturas europeas, hipótesis que fue desestimada, apuntó Esteban Grau, delegado de la Fundación Antonio Núñez Jiménez de la Naturaleza y el Hombre, en la provincia de Matanzas.

Paralelo al estudio de las galerías formadas por el derrumbe de conglomerados de grandes rocas, se promueve la conservación del bosque que rodea el Abra de Figueroa, refugio de la flora y fauna locales, hoy amenazado por la tala debido a la presencia de árboles de madera preciosa.(AIN)