Instituto vocacional de Camagüey, ejemplo de calidad

Instituto vocacional de Camagüey, ejemplo de calidadA 35 años de su inauguración por el Comandante en Jefe Fidel Castro, el primero de septiembre de 1976, el Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas (IPVCE) “Máximo Gómez”, de la ciudad de Camagüey, exhibe relevantes resultados académicos para satisfacción de profesores y alumnos.

Esta obra, creada para que los hijos de los trabajadores recibieran educación con la única condición del expediente académico y no por recomendación o influencia de nadie, como sucedía en las escuelas burguesas antes del triunfo de la Revolución, constituye ejemplo de calidad docente.

Desde su fundación hasta hoy, la disciplina y la eficacia en la enseñanza constituyen premisas de la institución escolar, con más de 15 mil estudiantes graduados desde el año 1978, y actualmente ostenta la condición de Centro Destacado del Sindicato del ramo en la provincia de Camagüey.

Las calificaciones en los exámenes de ingreso a la Educación Superior, las cuales fueron aprobadas en el anterior curso escolar por el ciento por ciento de la matrícula de duodécimo grado, y las premiaciones por la participación en concursos tanto nacionales como internacionales, avalan el reconocimiento de la escuela.

Fidel la consideró el día de la apertura como maravillosa y la calificó de la mejor obra de Cuba en el año de 1976.

Y el tiempo se encargo de probarlo, el  IPVCE camagüeyano atesora la satisfacción de haber  formar estudiantes con un alto nivel para ingresar a las universidades.

Según recuerda Graciela Rodríguez Sebasco, fundadora de la escuela y profesora de Física, los requisitos de ingreso a la entonces Escuela Vocacional “General Máximo Gómez” como se llamó inicialmente, comprendían la conducta de los niños, el índice académico y la posibilidad de asistir al campo para potenciar el vínculo estudio-trabajo, agrega Graciela.

Cerca se creó el primer organopónico del territorio, al cual iban a trabajar los muchachos.

A la escuela accedían alumnos de la antigua provincia de Camagüey  que abarcaba incluso territorios que hoy están en zonas  de Sancti Spíritus, y Las Tunas, toda la actual región de Ciego de Ávila y por supuesto, Camagüey.

Eloy Ruiz Corvea, también profesor de Física y fundador, comentó a la AIN que a partir del curso escolar 1985-1986 la institución adquiere la actual categoría de IPVCE, por la necesidad de formar los hombres de ciencia que enunció Fidel en su discurso en la Academia de Ciencias, el 15 de enero de 1960.                

Química, Física, Matemática y Biología pasaron a ser entonces prioritarias, y había que acumular más de 85 puntos en esas materias para tener derecho a formar parte de los grupos especializados de la escuela.

A partir de los años de la década del 90 y hasta hoy, cambió el sistema de ingreso al IPVCE, con exámenes de Matemáticas, Español e Historia, luego las teleclases invadieron el proceso educativo, y muchas veces los laboratorios perdieron su función para convertirse en aulas por crecimientos de matrícula, rememora, además, la profesora Graciela

Sin embargo, existe una voluntad de rescatar estos últimos, asegura Arturo Alfonso Rosales, director del IPVCE, quien informó sobre la entrega y acondicionamiento de nueve laboratorios de tecnología china para las asignaturas de Física, Química y Biología en el recinto estudianti.

Sobre la preparación de los estudiantes, Ruiz Corvea comentó que a pesar de la baja calidad de algunos en los niveles de Secundaria Básica al ingresar al centro, el esfuerzo de los docentes permite lograr elevarles de forma aceptable en el rendimiento académico para acceder posteriormente a las universidades.

Con el reordenamiento escolar del período lectivo anterior, cuando los preuniversitarios ubicados en el municipio de Sierra de Cubitas fueron cerrados y muchas de sus matrículas pasaron a ser externas y seminternas en centros localizados en la ciudad y cercanos a las comunidades, el IPVCE enfrenta nuevos retos.

Tradicionalmente los mejores alumnos iban a la Vocacional, hoy a tono con las transformaciones educacionales, los promedios más sobresalientes garantizan su ingreso a los preuniversitarios urbanos por la cercanía a la familia, refiere Graciela, para quien esto lo evidencia el ingreso de solo 339 estudiantes al actual curso.

Otra meta a cumplir es la cobertura docente que siempre fue estable pero desde hace dos años presenta un déficit de 16 profesores, y aún se garantiza que todos los alumnos tengan un educador  guía directo con el gran esfuerzo del claustro profesoral, el cual incluye dos Doctores en Ciencias, 53 con la categoría de máster y los 96 restantes pasan cursos para adquirir esta última condición.

Y así se asegura el porvenir en esta obra de la Revolución para formar con calidad a los futuros profesionales que reclama el país, imprescindibles en la actualización de la vida económica y social de cada cubano. 

Razones que instan al colectivo de estudiantes y profesores del Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas “Máximo Gómez” a funcionar con la máxima eficiencia, conquistar los primeros lugares en la emulación, y continuar siendo ejemplo de institución educacional como solicitó Fidel en el discurso de inauguración el aquel septiembre de 1976. (Por Yaniuska Macías Rivero, AIN)