Universidad del Deporte en Camagüey propició un verano con cultura física
Camagüey, 25 ago.- Los meses estivales, los clásicos, casi cierran su temporada. Agosto gasta sus últimas balas, y el inminente adiós incluye, en sus conclusiones, el “granito de arena” aportado por la Universidad del Deporte Comandante Manuel “Piti” Fajardo, que sumó instalaciones para el disfrute de cientos de veraneantes.
Un esfuerzo significativo reclamó el acondicionamiento de la piscina, de los principales atractivos de la etapa, lo cual permitió que diariamente tanto huéspedes, invitados y vecinos de la comunidad donde se halla enclavada pudieran burlar el castigo de las elevadas temperaturas.
Una experiencia…
Aunque sin ser perfecta, la idea mostró enormes posibilidades, pues abrió otra puerta en el interés de buscar nuevos horizontes en materia recreativa. El saldo valió la pena más allá de simples operaciones matemáticas.
Reynaldo Rodríguez Payarés, rector del centro de altos estudios, dijo que desde el pasado 24 de julio comenzaron las ofertas, “incluso, dijo, habilitamos siete habitaciones en la planta hotelera para su alquiler, tanto a vinculados al sistema del deporte como a trabajadores destacados de otras esferas, para una estancia de cuatro días y tres noches. En principio se planificaron seis rotaciones, pero realmente llegaremos a siete, dada su aceptación.
“No pudimos contar con los dos salvavidas requeridos, lo cual hubiese facilitado una mayor explotación de la alberca, sin embargo, es preciso resaltar la cooperación y disciplina de los visitantes en estas semanas, quienes cumplieron las medidas organizativas dispuestas en función de evitar cualquier incidente”.
Para José “Tony” García Ramírez, administrador de la residencia estudiantil, el éxito de la estancia de los huéspedes estuvo dado por el nivel de aseguramiento, y “porque fue fundamental la calidad en su sentido más amplio, desde la higiene hasta la elaboración de los alimentos. Eso se agradece mucho, y el hecho de que algunos repitieran nos gratifica, pues ese era el objetivo esencial, la satisfacción de los clientes”.
Un pilar importante fue la cooperación de la unidad gastronómica asentada en el centro, que habilitó un quiosco aledaño a la piscina, donde comercializa una diversidad de fiambres, golosinas, refrescos y variadas bebidas, pues -según Sergio López López, el administrador- esta oferta estaba encaminada a contribuir a una grata estancia de los bañistas”.
El intelecto no tomó vacaciones. Junto con las variantes de recreación estuvieron el montaje de nueve cursos de verano, con una buena concurrencia, que abarcaron desde temas deportivos hasta informáticos.
La inventiva tampoco descansó, pues lograron recuperar varios equipos de aire acondicionado y bebederos de agua fría.
¿La última palabra?… No, la primera
Una vieja máxima le imprime un valor esencial: el cliente siempre tiene la razón. Si se sigue al pie de la letra el concepto popular, entonces lo realizado no cayó en saco roto, más cuando los criterios emitidos son positivos.
Gilberto Marrero es uno de los que no esconde su complacencia. “Realmente me he sentido satisfecho, todo ha estado mejor que lo pensado, tanto la comida, como las actividades recreativas que aquí preparan todos los días. Posiblemente, esté unos días más”.
En el área de la piscina, muy concurrida, algunos miran hacia el cielo, esperanzados en que la lluvia posponga su caída. “A mí me gusta venir, es cerca de mi casa y, además, se pasa bien con los amigos”, refirió el joven Julio García.
Una de las novedades en esta ocasión fue la celebración del cumpleaños del Comandante en Jefe Fidel Castro, el 13 de agosto, recordó Rodríguez Payarés. “Fue una jornada muy linda, llena de actividades, y con una gran presencia de vecinos de la comunidad”.
No acaba del todo el octavo mes del año, y ya se piensa en “caliente” para el próximo, pues el verano ha sido con cultura… y con cultura física. (Gilberto Rodríguez / Foto: Otilio Rivero/Adelante.)