[:es]Vigilante mirada de Combatiente Internacionalista santacruceño detectó plan del enemigo[:]

[:es]Tenía 29 años, había cumplido el Servicio Militar. El joven volvió a sus andadas laborales en la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) San Alberto Uno, del municipio Amancio Rodríguez en la provincia de Las Tunas.

Era Santiago Leyva Torné uno de los operadores de corte mecanizado. Le conocía cada pieza a la máquina KTP a su cargo. Los aportes al central Colombia en cada zafra le eran reconocidos.

Pero al reservista de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) en la especialidad de tanque le correspondía cumplir otra tarea de suma importancia. “En el grupo de los 48 jóvenes seleccionados estaba yo”.

Se les señaló que cumplirían misión internacionalista. “Nunca de primer momento nos dijeron hacia dónde iríamos. Así funciona en la esfera militar”, señaló.

Bastaron algunos días para que junto a muchos compañeros recibiera la preparación necesaria, de igual manera el avituallamiento completo.

Por vía aérea se traslada un enorme grupo hacia la República Popular de Angola (RPA). “Fue una travesía en total secreto, recomendable para llegar  sin dificultades”, recordó Leyva.

Inicialmente el reservista apoya el asesoramiento de las Fuerzas Populares para la Liberación de Angola (FAPLA). “Luego nos trasladan a distintas unidades donde cumplimos similar encomienda”.

Proteger la vía férrea de Onyiba en la zona sur de la tierra hermana se convirtió  en vigilancia permanente.

“Nos percatamos que el enemigo estaba colocando minas para destruir el tren que en poco tiempo transitaría por allí. Avisamos enseguida a la jefatura enviando señales con vengalas. Los exploradores detectaron seis explosivos del tipo Cleman, reforzados antitanques”.

La asesina estratagema de las fuerzas contrarias a las angoleñas impidió, “que murieran muchos soldados cubanos y se perdiera  gran cantidad de técnica militar empleada en la guerra, que los coches remolcados por la máquina, cargaban”.

Santiago recibió por esa acción la medalla de servicio distinguido. Al regresar a San Alberto Uno el 30 de septiembre de 1990, recibió la distinción de segunda clase, la victoria Cuba-RPA  y recientemente la 50 aniversario de las FAR.[:]