Solidaridad médica de Cuba: acto noble y de paz, destacan en EE.UU.

La Habana, 24 jul.- La solidaridad médica de Cuba en el mundo es vista hoy como un acto humanista, noble y de paz por el joven doctor estadounidense Abraham Vela, quien estudió en la isla caribeña.

 

Hemos apreciado el modo en que Cuba brinda ayuda humanitaria no solo a países de bajos recursos, sino también a naciones con economías poderosas, expresó el profesional de la salud, quien trabaja como médico en el condado de Los Ángeles, en el estado norteamericano de California.

En una entrevista virtual con Prensa Latina, el joven que se graduó de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) de La Habana en 2016 consideró que, sin dudas, los doctores cubanos que participan en esas misiones internacionalistas son merecedores del Premio Nobel de la Paz.

Precisamente una campaña internacional promueve la entrega de ese galardón en 2021 a los miembros del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias Henry Reeve, los cuales han viajado a más de 35 países para ayudar en el enfrentamiento a la pandemia de la Covid-19.

Mientras crece ese llamado a reconocer la labor de los profesionales de la salud de la isla antillana, el gobierno de Estados Unidos ataca a esas misiones médicas y amenaza a las naciones que aceptan la ayuda cubana, bajo el argumento de que constituyen una forma de ‘trata de personas’.

Pienso que un país que manda ejércitos y armamento en tiempos de crisis no tiene derecho de acusar a las brigadas cubanas que cumplen misiones verdaderamente humanistas, estimó Vela sobre la postura de la administración norteamericana.

En el diálogo con este medio, el joven se refirió también a cómo ha sido el enfrentamiento a la pandemia en Estados Unidos, el territorio del mundo más golpeado por el coronavirus SARS-Cov-2 en cuanto a número de casos y cantidad de fallecimientos.

Recordó que en el condado de los Ángeles no se vieron tan afectados al inicio de la pandemia en comparación con otros estados del este del país, pero poco a poco la situación ha ido empeorando, ‘hasta el punto en que ya nuestros centros de cuidados intensivos están llenos’.

Siempre entramos al trabajo con la esperanza de poder salvar vidas, pero también hacemos lo posible por proteger la nuestra y a nuestros seres queridos, agregó Vela, quien sostuvo que desde el principio fue obvio que Estados Unidos no estaba preparado para enfrentar una emergencia sanitaria de esta magnitud.

Desde su punto de vista, existen muchos factores que permitieron la transmisión masiva y agresiva en el territorio norteamericano, algunos relacionados con el virus y su mecanismo de propagación, y otros propios de la sociedad estadounidense.

‘En mi opinión, la causa principal de que Estados Unidos sea el país más afectado es el sistema de salud, que tiene fines de lucro, deja a millones de personas sin acceso al servicio, prioriza las ganancias monetarias, y se olvida de la prevención, la educación y el humanismo’, manifestó.

De acuerdo con Vela, en estos últimos meses apreció cómo muchos de sus colegas luchan a diario para salvar vidas, ya sea en el hospital o en la salud primaria, ‘pero muchas veces todos nuestros esfuerzos no son suficientes debido a la gran falta de apoyo y de recursos materiales y humanos de nuestro sistema de salud y gobierno’.

Esta pandemia también dejó al descubierto, añadió, el gran déficit de profesionales de la salud, debido a que vivimos en un país donde la educación no es un derecho humano.

Además, apuntó que desde el inicio de la pandemia el gobierno estadounidense se dedicó a dar información errónea, y muchas veces hasta falsa, lo que causó que una gran parte de la población se niegue a usar mascarillas o practicar las medidas recomendadas por organizaciones mundiales para prevenir la transmisión del virus.

Mi formación como médico fue en un país en donde el acceso a la salud es un derecho, se priorizan las vidas humanas y no las ganancias económicas, el enfoque es la prevención de enfermedades, y donde los valores de humanismo, solidaridad e internacionalismo son los principios que guían, expresó sobre su etapa de estudios en Cuba.

Recordó que durante su formación en la ELAM participó en varias campañas contra el dengue y el cólera, entre otras actividades en la salud primaria, y eso le permitió apreciar cómo una nación es capaz de entrar en la comunidad y trabajar junto con ella en la prevención de enfermedades.

Aprecié un sentimiento de solidaridad entre el sector de salud y la población que no he podido apreciar en Estados Unidos. No me sorprende que Cuba esté venciendo la pandemia. En Estados Unidos los hospitales y clínicas puede que trabajen en la comunidad, pero no trabajan con la comunidad, lamentó.  (Prensa Latina)