[:es]Santacruceño evoca participación en limpia del Escambray[:]

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Santa Cruz del Sur, 8 jun.- Al relevar a otros compañeros con uniformes iguales al suyo, al verde olivo lo siguieron nuevos fusiles. Volvieron a agruparse otros hombres de Camagüey, de toda Cuba. Se hermanaron las energías a través de los agrestes pasos, las consignas de los decididos a vencer o morir.

Los estampidos de los bombardeos le dejaron secuela en un oído, pero sus largas andadas son las mismas de aquel joven soldado que primero fue miliciano y luego combatiente en las lomas del Escambray.

José Miguel Lores Rodríguez le sonríe al tiempo que lo volvió viejo, a este tiempo que le permite seguir haciendo algo más por la Revolución que no dejó destruir porque estuvo en la primera “limpia” buscando en la oscuridad y entre la maleza a la que no llegaba la luz, a los malagradecidos que querían a la Isla en poder foráneo.

“Yo formé parte del Batallón seis, de la Compañía D, dirigida  por el Teniente Lalito Vázquez.  En enero de 1961, subimos por Topes de Collantes. Nuestro Batallón se dedicaba al reconocimiento. Continuamente íbamos de un lado para otro. Revisábamos hasta debajo de las piedras para que ningún bandido se nos escapara”.

Certera llegó la información. “Se tendió el cerco alrededor de la  cueva situada en la zona de Los Hoyos. El Capitán Calsí y su pequeña tropa de forrajidos fueron apresados, ocupándoseles revólveres  y rifles M1 y M2. La justicia revolucionaria se encargó de juzgarlos”.

Breve fue el relato de este hombre que al cumplir la misión militar se despidió con la adarga al brazo del abrupto lomerío en los primeros días de marzo de ese propio año. Prefirió volver a la agricultura y no continuar en el ejército porque los deberes del campo le eran imprescindibles.

Lores es ahora trabajador cuentapropista en un sillón de limpiabotas. “Al menos le aporto algo a la economía del estado cubano y a la casa. Lo malo es sentarse cuando queda tanto por hacer”.[:]