Santacruceño acrecienta utilidades mediante el pastoreo


Santa Cruz del Sur, 4 ago .- Las personas honradas tanto se afanan en el quehacer cotidiano que aprenden a venerar a los semejantes que con parejo denuedo acumulan respeto en su trabajo.

Bárbaro Rodríguez Viamontes posee fortuna tan numerosa por ser un productor de raíz. “Es la honra que en millones está acuñada en mis arcas. Yo no acumulo capital deshonesto. Siento agrado oler a esfuerzo. Quien se adapta a vivir sin alterar el rumbo correcto no pierde la vara en el camino”.

Ha crecido el número de chivos, tras ellos, luego de sacarlos del corral, va ese pastor. Los conduce sin palabras humillantes. “Se han adaptado a mi forma. Conozco por el berreo si tienen hambre, sed, si hay malestares o se acerca el parto en alguna de las preñadas”.

El rebaño come, camina; los pequeños caprinos juguetean, saltan de un lado para otro… buscan en oportunidades las ubres de las progenitoras. Se alimentan continuamente estos animales en un entorno extenso. El pasto ha adquirido un verde exuberante; un bufet nada despreciable al alcance de sus apetitos.

“Cuando la época de lluvia termina la yerba escasea; no así el ánimo nuestro de trasladarlos a sitios donde el forraje perdure. Para los chivos no hay época mala: se comen la semilla seca del marabú y el llamado bacalao, una especie de cactus muy amargo, sin embargo les gusta. Les viene bien el dicho de que cuando hay hambre no hay pan malo”, ríe este hombre de estupendo carácter.

A 53 caprinos le sigue las pezuñas día a día. La manada aporta carne y leche a dos planteles de carácter interno del sector educacional en Santa Cruz del Sur. El politécnico de economía y servicios Raúl Rodríguez Moreno y la escuela de enseñanza especial Tania La Guerrillera. En cada curso escolar el alumnado de los mencionados planteles se alimentan de la carne y leche de los dóciles animales.

“Tenemos 33 reproductoras; esto va en crecimiento desmedido. Lo digo sin queja. Que para bien sea de la masa y los estudiantes que se benefician de ella”, comenta Rodríguez.

Los rumiantes se mantienen pastando a sus anchas. El hombre delgado de piel mestiza los sigue con la mirada. Alza la voz si alguno se aparta un poco del rebaño. Regir ágil la encomienda abonará mayores utilidades.