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[:es]Resaltan disposición histórica de Chile de salida al mar de Bolivia[:]

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La Paz, 27 ago.-El agente ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), Enrique Eduardo Rodríguez Veltzé, aseguró que Chile siempre contó con la disposición histórica de negociar con Bolivia una salida soberana al mar.

 

Durante una conferencia magistral, efectuada en un centro deportivo en Villa Tunari del departamento de Cochabamba, Rodríguez Veltzé comentó que Chile dio las señales más claras de reconocer el acceso al océano Pacífico de Bolivia con el Tratado de Paz firmado en 1904.

‘Desde entonces Bolivia y Chile tuvieron aproximaciones de diversa naturaleza, pero todas con el mismo sentido, había que llegar a acuerdos o encontrar fórmulas que hiciera posible reparar y recuperar para Bolivia un acceso soberano’, aseveró.

Anteriormente, recordó, en 1895 ambas naciones habían establecido tres acuerdos, uno de paz, otro de cesión de territorios y otro de comercio, en los cuales Chile se obligaba a entregarle a Bolivia las regiones de Tacna y Arica, además del acceso soberano al mar.

Argumentó, que estos convenios fueron celebrados formalmente, pero tenían una condicionalidad que impidió su consolidación, pues los chilenos estaban envueltos en un conflicto con Perú que dejó pendiente la efectividad de estos acuerdos.

El agente refirió que en 1910 existieron unas actas protocolizadas y en 1920 hubo expresiones diplomáticas en las cuales Chile mostró la disponibilidad de negociar con Bolivia.

Destacó que a finales de la década de 1940 empezaron a suscribirse acuerdos, en los cuales Chile manifestaba su disposición de entablar una negociación formal para encontrar solución al enclaustramiento boliviano.

‘La expresión de voluntad, el reconocimiento, por parte de Chile, de que había que encontrar una solución era totalmente clara y explícita’, aseguró.

Agregó que en 1961 el embajador chileno, a través de un memorando, reconoció la disposición de su país de continuar con las negociaciones hasta encontrar una solución, mientras que en en la década de 1970 los mandatarios Hugo Bánzer (Bolivia) y Augusto Pinochet (Chile) suscriben el Acuerdo de Charaña.

En la década de 1980 existe un episodio conocido como Enfoque Fresco, cuando el gobierno boliviano en 1986 plantea soluciones para negociar, la cual estuvo precedida por una declaración de la Organización de Estados Americanos (1979) que reconocía la necesidad de negociación de los dos países para encontrar una solución al diferendo.

El Enfoque Fresco, pese a mostrar la disposición de ambas cancillerías de conversar, lamentablemente no llegó a buen término tras la negativa esta vez de Chile de avanzar en las negociaciones, acotó.

Durante la década de 1990 Bolivia y Chile firman unos acuerdos confidenciales para encontrar soluciones a sus relaciones, sin exclusiones acerca del tema en cuestión.

Así, en cada gobierno boliviano se insiste, por su diplomacia, ‘en recordarle a Chile la necesidad de encontrar soluciones (…) En casi todas nuestras representaciones diplomáticas hemos participado este criterio de hacer público, de dejar constancia en el mundo la necesidad de que países conozcan esta situación, que es un tema pendiente’, aseguró.

En los años 2000 se producen algunos encuentros entre presidentes, en el que se procuró avanzar sobre todo en un entendimiento de confianza mutua.

Por su parte, en el año 2006 el gobierno del presidente Evo Morales traza un camino de confianza con la presidente de Chile, Michelle Bachelet, conocido como la Agenda de los 13 puntos, en la cual se incluía el tema marítimo, con la enorme capacidad de trabajar y mirar hacia la relación entre ambos países.

La dilación en las respuestas de Chile no permitió cerrar las últimas reuniones previstas para dar curso a una negociación, por lo que el mandatario Morales determinó acudir en 2013 a la CIJ de La Haya, Países Bajos, para obligar a Chile a cumplir con su compromiso y obligaciones de negociación, dijo Rodríguez Veltzé.

El 14 de febrero de 1879, Chile invadió militarmente a Bolivia con el propósito de apoderarse de las riquezas naturales, sobre todo en la región de Atacama, donde encontraron grandes reservas de guano, salitre y minerales (plata y cobre).

Como consecuencia, el país boliviano perdió unos 400 kilómetros de litoral y otros 120 mil km cuadrados de territorios ricos en recursos naturales.

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