[:es]Relaciones entre Cuba-EE.UU. preocupan a cubanoamericanos[:]
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El cubanoamericano, que es activista de la Alianza para una Política Responsable hacia Cuba (ARCPF), comentó que ‘a veces resultan interesantes las estrategias que usan en la Casa Blanca para torpedear esas relaciones’.
Amor explicó, por ejemplo, que no se produjeron cambios dramáticos en las medidas de la Oficina para el Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos (OFAC) ni de las leyes estadounidenses, pero se han elegido otras maneras de imponer el distanciamiento, ‘entre ellas el miedo’, dijo.
Apuntó, además, a la reciente crisis generada en círculos de poder en Washington, por supuestos daños a la salud de diplomáticos estadounidenses en La Habana, ‘lo que llamamos ‘bandera negra’, un evento ficticio acerca de supuestos ataques sónicos en la embajada estadounidense en Cuba, como una manera de generar miedo’.
‘Tampoco prohíben los viajes a Cuba -dijo-, pero imponen advertencias y amenazas a los posibles viajeros estadounidenses’.
Sobre este tema el activista cubanoamericano agregó que ‘a los pasajeros de los cruceros que tocan puertos cubanos les advierten de los lugares donde compran ron o tabacos, porque pueden resultar multados si estos productos que adquieren los comercializa alguna de las empresas cubanas sancionadas por la OFAC.
Además, se les recomienda a los turistas que compren los souvenirs a bordo de los barcos y no en tierra’.
En opinión de Amor, ‘estas cosas crean trabas y desalientan el turismo de Estados Unidos hacia Cuba, sin necesidad de establecer una prohibición expedita. Hay un futuro incierto en ese sentido’, enfatizó.
Vicente Amor, que a su vez es gerente de negocios de la agencia de viajes ASC International USA con sede en Tampa, piensa que ‘buena parte de la responsabilidad de lo que hace el Gobierno de Donald Trump en relación con Cuba recae en la comunidad cubana residente en Estados Unidos’.
‘Nuestra comunidad -la cubanoamericana- debe tomar una actitud más protagonista en lo referido a las políticas dirigidas a Cuba’, enfatizó.
‘No hay un solo cubano residente en Estados Unidos -agregó-, aunque tenga posiciones ideológicas diferentes, que no coincida en que los congresistas estadounidenses de origen cubano Marco Rubio, Ileana Ros-Lehtinen o Mario Díaz-Balart, trabajan para grupos de intereses y están comprados por dinero; todos estamos convencidos de eso’.
Insistió además que, ‘cuando estos legisladores proponen, pasan y empujan al Gobierno (norteamericano) a firmar leyes que afectan a los cubanoamericanos y a Cuba, no reaccionamos ante eso porque no hemos encontrado la forma de tener una voz para hacer sentir nuestras opiniones’.
‘A los congresistas de origen cubano en Estados Unidos que hablan a nombre de nosotros y usan el nombre de nuestra comunidad para hacer política y ganarse una posición en la Cámara de Representantes y en el Senado comerciando con el tema cubano, tenemos que buscar la manera de frenarlos’, subrayó.
Precisó que cerca del 70 por ciento de los cubanos residentes en la nación norteña están contra la política del bloqueo económico, comercial y financiero que Washington impone a Cuba hace más de 50 años, y tampoco encontramos las vías para hacernos oír que estamos contra el bloqueo.
El activista y empresario sostuvo que en los dos últimos años de la administración de Barack Obama (2009-2017) se abrieron opciones a mayores remesas de dinero desde territorio estadounidense para que los familiares en Cuba pudieran abrir pequeños negocios.
‘Pero todo eso se desplomó producto de estas sorpresivas decisiones de la administración Trump, que desconoce la realidad cubana’.
Amor aseguró que la ARCPF ‘ha hecho un trabajo extraordinario en Tampa, de manera tal que hoy día casi todos comprenden que Cuba es un país soberano e independiente y Estados Unidos tiene que mantener relaciones respetando esos valores y sin la idea de que son los dueños de Cuba; esos tiempos ya no existen’.
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