Pentágono y Casa Blanca alistan plan para cerrar cárcel de Guantánamo

Washington, 8 jun.- El secretario de Defensa estadounidense, Ashton Carter, aseguró que trabaja junto a la Casa Blanca en una propuesta dirigida al Congreso, referida al cierre de la prisión en la base naval de Guantánamo, en el sureste de Cuba.

 

Carter informó sobre el plan a los periodistas que le acompañaban el viernes en el avión de regreso a Washington después de su gira por Singapur, India y Alemania, detalló la televisora Fox News.
 

Estoy trabajando con la Casa Blanca para preparar un proyecto que después entregaremos al Capitolio para discutirlo con los legisladores, indicó Carter, según una transcripción de sus palabras proporcionada por el Pentágono.
 

A su juicio, resulta una buena oportunidad para encontrar un camino que permita solucionar ese problema de conjunto con el órgano legislativo.
 

La Cámara de Representantes rechazó el 3 de junio una propuesta para eliminar las actuales provisiones legales que impiden al Departamento de Defensa transferir detenidos en esa prisión hacia territorio norteamericano.
 

Por su parte, el Senado analizará en los próximos días una legislación similar, cuyo lenguaje permite al presidente Barack Obama cerrar la prisión -inaugurada en enero de 2002- y trasladar a los detenidos a este país, solo si el mandatario presenta un plan y este es aprobado por el Capitolio.
 

Aunque la propuesta de ley daría a los congresistas la autoridad final, algunos republicanos se oponen con fuerza a cualquier medida que implique el cierre del reclusorio, ubicado en dicha instalación naval, que Washington mantiene en territorio cubano contra la voluntad del pueblo y gobierno de la isla.

 

En los pasados 18 meses se han trasladado cerca de 40 prisioneros fuera de la instalación, donde ahora quedan 122 -el nivel más bajo desde su apertura en enero de 2002- y de ellos 57 están autorizados para ser transferidos a otros países, después de pasar por un proceso de revisión entre varias agencias federales.
 

Obama aceleró en 2014 los traslados antes de que el Congreso -dominado por los republicanos tras las elecciones de medio término de noviembre de ese año- pudiera impedirlo, pero el proceso se detuvo a principios de 2015 y según el sitio digital estadounidense Defense One, pudiera reiniciarse a finales de junio.
 

Tras su toma de posesión en enero de 2009, el gobernante prometió cerrar el centro de internamiento, pero la oposición republicana y otros grupos conservadores, han bloqueado todos los esfuerzos del mandatario en ese sentido.

 

De acuerdo con informes oficiales, los contribuyentes estadounidenses tienen que pagar alrededor de tres millones 300 mil dólares anuales por cada uno de los detenidos que permanecen allí.