Economía y Sociedad

Pasado, presente y futuro en el Parque de los Tiempos


Por Juan Pablo Carreras

El Parque de los Tiempos, proyecto iniciado por el pintor Cosme Proenza hace aproximadamente ocho años en la ciudad de Holguín, constituye un espacio citadino de línea modernista en el sentido de la forma y el uso de los materiales.

Tres pórticos, con carácter de esculturas penetrables y no de simples arcadas pertenecientes a la periferia urbana, abren o cierran el acceso, y representan las etapas en que la humanidad ha dividido el tiempo: pasado, presente y futuro.

Inspirado en la obra del prestigioso pintor holguinero, el sitio cobra vida en un terreno yermo en el que además de su futuro valor utilitario, conferirá un referente visual de alta expresión artística, en un entorno urbano desfavorecido arquitectónicamente desde el punto de vista estético a la conocida ciudad cubana de los parques.

Constaba inicialmente de una escultura central que representaba al Dios de la Lluvia, la cual tuvo como referente la serie pictórica Los Dioses Escuchan, pero Cosme decidió posteriormente eliminar la efigie, de la cual se ramifican tres pequeñas fontanas que se mantienen en el diseño actual.

Las fuentes representan unas trompetas de líneas curvas, que el artista sostiene que lo curvilíneo también está en el trazado de los paseos y los bancos, lo cual refuerza un concepto de sensualidad, donde la línea recta cede totalmente el rol constructivo y expresivo a lo envolvente y suave.

Silvio Pérez Carralero, escultor que trabaja en el Parque de los Tiempos junto a Julio César Sánchez, afirmó que el centro visual fue sustituido por una fuente en forma de elipse abierta, con bancos en ambos lados de sus extremos interiores.

Construido mediante la técnica de cemento directo, la obra está desarrollada sobre una estructura de acero y malla metálica a la cual se le aplican diferentes capas de mortero hasta llegar al resultado final.

Pérez Carralero destacó que la labor de llevar a la escultura la obra pictórica de Cosme Proenza ha sido supervisada por el artista, desde el maquetado tridimensional inicial hasta la vegetación, entre los que se destacan los tres sauces plantados a solicitados del pintor.