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La lechuga, reina de las ensaladas

La lechuga es una de las verduras de hoja verde que más se consumen, especialmente en las dietas de adelgazamiento, aunque se recomienda a todo tipo de personas por sus beneficios nutricionales.

Se cree que es originaria de Asia y actualmente es cultivada en todo el mundo, aunque los griegos ya lo hacían hace más de dos mil años. La lechuga tiene un sabor suave y refrescante. Es la protagonista del plato más ligero y sencillo del recetario: la ensalada.

Pertenece a la familia de las asteráceas; por lo visto los romanos e incluso los griegos apreciaban ya sus virtudes y su sabor. Los árabes en el siglo XI contaban con tratados que explicaban cómo plantar lechugas, e Isabel de Farnesio, casada con Felipe V, las usaba rellenas como guarnición en sus banquetes.

No caben dudas de que contiene flavonoides que cuidan el corazón, protegen al hígado, al estómago de úlceras, resguarda ante enfermedades degenerativas y patógenos.

Ayuda a eliminar los líquidos retenidos por su efecto diurético, por eso está indicada en casos de cistitis, cálculos renales, hipertensión y obesidad; ayuda a prevenir la osteoporosis.

En la cocina la podemos disfrutar en ensalada, cremas, batidos verdes, en rollitos. La lechuga tiene vitaminas A, del grupo B (B1, B2, B3, B9), C y E; posee minerales como el magnesio, potasio, calcio, sodio, hierro o selenio.

La lechuga combate los radicales libres; ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre; por su contenido en ácido fólico está recomendada durante el embarazo y lactancia.

Es también saciante, resulta especialmente beneficiosa para personas que están haciendo dieta y que quieren adelgazar; favorece la buena circulación de la sangre e incluso previene la formación de coágulos sanguíneos.

Facilita la relajación y el buen descanso por la noche, si se padece de insomnio es recomendable comer una ensalada o una crema de lechuga y facilitará el descanso. También tiene un ligero poder analgésico, pudiendo reducir dolores ocasionados por golpes.

Posee propiedades digestivas, tiene fibra que favorece el buen tránsito intestinal, ayuda en casos de inflamación abdominal por gases y malas digestiones y mejora los casos de asma.

Entre las lechugas más comunes se encuentra la conocida por romana, tiene la hoja alargada y estrecha, cogollo con el tallo muy pequeño; hoja mantecosa: tiene una hoja muy ancha de color verde intenso con un tacto muy suave; trocadero, tiene unas hojas de un verde más pálido y éstas son blandas; hoja de roble: tiene hojas marrones y granates onduladas muy características; escarola, tiene los bordes dentados y rizados o lisos.

Otra sustancia de interés es la lactucarium, que actúa como calmante sobre el sistema nervioso, la cual confiere a la lechuga propiedades relajantes.

De la lechuga se ha dicho también que va bien para la vista, e incluso que influye en la libido. Como es rica en betacaroteno, contribuye a la prevención del cáncer, especialmente de colon y pulmón.

Sus hojas se pueden rellenar de arroz, carne o pescado, simplemente escaldando o friendo las hojas enteras. Aunque el aporte nutricional de la lechuga es considerable, no siempre llega íntegro a la mesa por lo que debe guardarse en un lugar húmedo y fresco, al abrigo de la luz y el aire.

Se debe de tener en cuenta que en el refrigerador es apropiado dejarla en la parte de abajo. Aprovechar las hojas más verdes, prepararla poco antes de comer; y aderezarla con zumo de limón o vinagre. El ácido cítrico y el acético tienen un poder conservante que preserva las vitaminas.

Según los nutricionistas es una de esas verduras que habría que comer casi a diario porque aporta abundantes vitaminas y pequeñas dosis de minerales que enriquecen la dieta sin aportar apenas calorías. En las ensaladas es la reina y combina casi con todo.

(Radio Rebelde)