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La esgrima cubana estará representada en cita olímpica

La Habana, 20 abr.- Con el boleto conseguido por el sablista Yoandry Iriarte en el torneo clasificatorio continental que acogió San José, Costa Rica, Cuba tendrá un representante en la esgrima de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.

Iriarte logró el cupo a la cita estival con la medalla de plata conquistada en el sable varonil, prueba en la que se inscribieron 15 concursantes.

El cubano llegó al preolímpico como ocupante del escaño 137 en su especialidad, con solo seis rayas, de ahí que haya sido una grata sorpresa el buen desempeño que tuvo en suelo costarricense, donde por la Isla compitieron otros cinco atletas.

Con ese resultado, Cuba retornará en esa disciplina a una lid bajo los cinco aros; siendo la floretista Misleidis Compañy y la sablista Maylín González las últimas participantes a ese nivel en Beijing 2008.

De ahí que el solo hecho de volver al escenario olímpico es, sin dudas, un paso de avance para la Mmayor de las Antillas, que en el pasado fue una potencia mundial en la esgrima, con ilustres competidores como Ramón Fonst.

Y es que sería imposible olvidar el legado de Fonst, considerado el mejor esgrimista cubano de todos los tiempos, con una carta de presentación envidiable, cuatro preseas de oro y una de plata en Juegos Olímpicos.

Su fructífera carrera deportiva la inició en París, Francia, en el lejano 1900, donde obtuvo el primer lugar en la espada y el segundo en un concurso para maestros, en esa propia arma.

En San Luis, Estados Unidos, cuatro años después, se encumbraría con tres títulos, en florete individual y por equipos, mientras repetiría su reinado en la espada, para dejar marcado por siempre su nombre en el Olimpo.

Más cercano en el tiempo, el espadachín Iván Trebejo, medallista de plata en Atlanta 1996, y el equipo masculino de espada, ocupante del tercer puesto en Sidney 2000, fueron las últimas preseas de Cuba a ese nivel.