[:es]La culebrilla eleva riesgo de infarto y accidente cerebrovascular[:]

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Washington, 8 jul.- Un estudio de científicos de Corea del Sur demostró que la culebrilla eleva un 40 por ciento el riesgo de sufrir un infarto, un accidente cerebrovascular (ACV) u otros problemas cardiovasculares.

 

La infección que causa el herpes zóster, el mismo virus responsable de la varicela, pude prevenirse con la vacunación, dijo el autor principal de la investigación, Sung-Han Kim, del Centro Médico Asan, de Seúl.

Como parte de la pesquisa su equipo examinó las historias clínicas de más de 23 mil pacientes con culebrilla en el período 2003-2013 y comparó los datos con la misma cantidad de pacientes, pero sin la infección.

Las mujeres eran mayoría en el primer grupo, con tendencia a factores de riesgo cardíaco como hipertensión, colesterol elevado, diabetes, señalaron los autores en Journal of the American College of Cardiology.

Además los participantes con culebrilla eran menos propensos a fumar y beber alcohol, hacían más ejercicio y tenían mayores ingresos que el grupo sin culebrilla, apuntaron.

De acuerdo con el análisis de esos factores que inciden en el riesgo de tener problemas cardiovasculares, el equipo observó que el herpes zóster estaba asociado con un aumento del peligro de sufrir complicaciones de ese tipo (41 por ciento), un ACV (35) y un infarto (59).

Al decir de Kim, los pacientes y los médicos deberían tomar conciencia del aumento del peligro, aunque se necesitan más estudios para comprender la conexión entre ambos problemas.

El vicepresidente de neurología del Hospital General de Massachusetts, Boston, Lee Schwamm, sugirió que la inflamación tendría un papel importante.

No existe una prueba definitiva de la relación entre esa alteración y la coagulación, pero es esencial el valor de intentar prevenir la culebrilla con la vacunación, agregó.

La culebrilla es una erupción cutánea dolorosa que se desarrolla en un solo lado de la cara o el cuerpo, se presenta en forma de pequeñas ampollas rojas en la piel, muy similares a la varicela en su etapa inicial.

Se maximiza en los siguientes tres a cinco días y luego las ampollas se rompen formando úlceras pequeñas, las cuales comienzan a secarse y a formar costras, que en dos o tres semanas se desprenden y dejan la piel rosada en proceso de cicatrización.

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