La artritis reumatoide le imposibilitó permanecer en su profesión de arquitecta; pero quien se deja vencer no llega a ninguna parte, atestiguó franca, Osmara Matos Díaz.
“Es duro para mí comprender que esos estudios quedaron colgados en un título tan sólo. Desarrollé esa labor poco tiempo… ya hace 22 años recibo una chequera”.
Respira hondo para apartar los pensamientos negativos.
“El mejor remedio es ahuyentar la tristeza, dándole oportunidad absoluta a la autoestima positiva. Cuando sucedió ese desenlace laboral decidí enseguida buscar útiles alternativas en el interior del hogar donde vivo con mi familia”.
Los bordados a crochet; las ideas llevadas al macramé o a cascarones de huevos le han hecho comprender como desde una silla de ruedas no todo está perdido.
“Casi la inmensa mayoría de esas quehaceres se encuentran en manos de otros parientes allegados. Han querido tener algo mío para mostrarlo a quien los visite; me agrada mucho ese gesto”.
Cuando sus manos se “adormecieron” un tilín más, mandó a buscar suficiente material. El arte japonés origami le brinda ahora inmensa oportunidad.
“A través del plegado de papel puedo obtener variadas figuras de animales y objetos. Es muy entretenido”.
Estrellas, una adornada nave y algunas aves hace poco comenzó a crear haciendo uso adecuado de esa técnica, conocida, también, por papiroflexia o cocotología
. “Hay mucho por hacer; tiene usted reportero las puertas abiertas en esta residencia”.
