Fidelina Socarrás, la fémina más longeva de Flor de Mayo


Flor de Mayo, Santa Cruz del Sur, 4 mar .- La obra a la que ha dedicado hasta la más suave respiración no se aprecia en cuadros ni murales, sólo en el escenario familiar donde Fidelina Socarrás Lastre ocupa el sitial ganado, revestido de amor, fidelidad, consagración y apego a los seres queridos.

“Nunca nadie me ha entrevistado pero no rechazaré su presencia. Que se haya trasladado hasta acá cogiendo cualquier medio de transporte merece muchos besos. Acérquese, esta madre le quiere tocar el rostro y mimarlo”.

Aquel albor de sus pupilas lo ensombreció el discurrir indetenible del tiempo, como también le ha dejado minúsculo resquicio en las “ventanas” auditivas.

Hasta los cien desyerbaba el patio, fue un mal tropiezo el motivo de la fractura en una cadera. “Hace tres años que voy de la silla a la cama y de la cama a la silla de ruedas”. Sin embargo afirma: “Tengo atenciones de los hijos, nietos y vecinos: recojo lo que “sembré”.

Al morir una hija suya quedó a cargo de la descendencia, educándola sin quitarle caricias al esmero. “El respeto conduce al respeto. Sin golpear se puede guiar con cariño a los niños”.

Aedo y Clara Viamontes Socarrás son los hijos de la anciana, quienes tienen el goce, según reconocieron, de tener viva a la progenitora. “Deseamos pueda existir otra centuria. Ella es una mujer especial”, dijo el primero. La fémina considera “que quienes tengan esta dicha deben darle gracias a Dios todos los días”.

En esa comunidad rural el programa familiar del médico y la enfermera atiende con la misma prioridad en los itinerarios de consultas y terrenos a lactantes, embarazadas y 268 ancianos, manifestándose en la inmensa mayoría de los adultos mayores la hipertensión arterial y diabetes mellitus.

“Fidelina es un roble, no padece de ninguna de esas patologías, en dos ocasiones nada más le ha subido la presión arterial, a ella se le mantiene la máxima en 100 y la mínima en 60. Esto es calidad de vida”, refirió al reportero la licenciada en enfermería Raquel Quintana Garrido.

Los alimentos y el resto de los cuidados se rigen por exactos horarios. “Fidelina es como una niña chiquita, aunque se porta muy bien. Con este tipo de persona las atenciones deben acometerse al pie de la letra en cada momento del día. Vivo algo retirada de ella, pero ya nos hemos hecho grandes amigas pues conversamos mucho, incluso hasta de los bichos verdes que dice ver aquí en la casa”, expuso Edilia Osorio Mariño, la cuidadora social.

Todos la recuerdan en las actividades organizadas a nivel de Comité de Defensa de la Revolución (CDR) y del Bloque 55 Amalia Simoni de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) que todavía integra. “Si no me borran de los listados podré mantenerme hasta morir en esas organizaciones. Trabajé mucho en ellas”.

Edelia Ávalo Viamontes, dirigente de la FMC en la base, destacó la trayectoria revolucionaria de la entrevistada a nivel de cuadra. “Las federadas venimos a saludarla casi a diario. Es una cubana admirable”.

La Socarrás Lastre se enorgullece al mencionar sus seis nietos, 11 bisnietos y dos tataranietos. En estos momentos es la persona que mayor edad tiene en el poblado Flor de Mayo de Santa Cruz del Sur.