Familia santacruceña espera llegada del doctor Luis Alberto desde Brasil

Santa Cruz del Sur, 21 nov.- Son como madre e hija. La suegra y la nuera se han compenetrado más allá de lo que el amor consigue conquistar. La justificada ausencia del hombre de la casa las ha unido indisolublemente. Comprensión, respeto y apoyo mutuo hay a granel en  la interioridad familiar de la vivienda número 3 ubicada en el conocido barrio Pecuario de Santa Cruz del Sur.

Estas féminas extrañan de manera distinta al doctor Luís Alberto Abalo Fernández, pero en esencia el apasionado cariño por el ser querido tiene igual punto de encuentro.

Idalmis  Fernández Silveira (Chucha) recordó que Albertico, su hijo, a quien  con cariño así nombra, nunca tuvo la intención de estudiar medicina. ¨A él le gustaba la electrónica. Al terminar de cumplir el Servicio Militar se acogió a la Orden 18 para tener derecho a la carrera de Ingeniería Electrónica. No pudo lograr ese propósito porque la beca nunca le llegó, entonces  decidió hacerse médico¨.

Sobre el modo de ser del primogénito, la progenitora atestigua que jamás le ha dado ¨dolores¨ de cabeza. ¨Desde pequeño fue obediente. Se entretenía viendo la televisión. Todavía, agregó, es su pasatiempo preferido¨.

La unión de pareja llegó sin planificación alguna en medio de la faena laboral. Yanelyn Montoya Rodríguez, la enfermera supervisora del Hospital Municipal, conocía a Luís Alberto. ¨Sin esperarlo me enamoró. Le di el sí sin demora… él me atraía. Sobre todo por ser una persona muy correcta¨, acotó la seño.

A través del correo electrónico, también por teléfono, las féminas casi a diario saben del galeno. A causa de las indiscriminadas medidas tomadas por el presidente electo de Brasil contra la misión médica cubana, Abalo Fernández regresará para Cuba.

Luís Alberto cumplía misión internacionalista en la ciudad de Monte Alegre, en el estado de Pará, provincia de Manaos. Al médico de 33 años la Isla solidaria lo observa orgullosa. En la morada número 3 de color rosado enclavada en el barrio Pecuario de estos predios,  la madre y la esposa lo esperan ansiosas para cubrirlo de amorosos  abrazos.