Éxtasis en el Festival Nacional de Teatro Camagüey 2016

Camagüey, 4 oct.- Las campanas de los monasterios españoles del siglo XVI repicaron, y el tañir se confundió con el ambiente característico de una ciudad, donde las iglesias forman parte del paisaje.

Flora Lauten y Teatro Buendía en “Éxtasis” —homenaje de la agrupación a la Madre Teresa de Jesús, fundadora de la orden las Carmelitas Descalzas— se encargaron de abrir el programa del XVI Festival Nacional de Teatro, Camagüey 2016.

Con textos de la actriz, Eduardo Manet y Raquel Carrió, las tribulaciones de la Doctora de la Iglesia Católica llegaron hasta el teatro Avellaneda, reabierto con esa puesta tras un largo período de inversiones que dotan a la urbe de un excelente espacio para el arte.

En sus palabras al programa, la propia Carrió expresa que “Éxtasis” representa “las angustias, el hastío, el terror ante la muerte. Pero también el ansia de vida, la embriaguez del conocimiento, la rebeldía y la transgresión de la Monja de Ávila”.

Luego del merecido aplauso de los asistentes y del reconocimiento al colectivo escénico por los organizadores del FNT, Flora Lauten, quien regresó a la actuación tras más de 25 años, expresó su agradecimiento y el placer de volver a la Ciudad de los Tinajones.

“El público de hoy, que además es una característica del público camagüeyano, es muy respetuoso, creo que en la sala tirabas un alfiler y se oía. Como dije al despedirme de ellos, son muy inteligentes y sensibles, eso es lo que sentí tras la puesta y en espectáculos anteriores”.

“He trabajo todos estos años como profesora de mis actores, de los estudiantes de la Universidad de las Artes (ISA) y como directora, pero ahora tuve la necesidad de actuar, no por egocentrismo… realmente era una acto de fe.

“Los caminos de la actuación son tan difíciles en general y cuando son de teatro no son económicamente retribuidos, tienes que dar toda tu energía, pasión y muchas veces hasta los recursos propios, y para mí era muy importante declarar en estos tiempos —que son difíciles, de varios ciclones—, y a mi edad, retomar este personaje de Teresa de Ávila, que fue una mujer especial y única”.

Del FNT de Camagüey y su importancia para la continuidad de la escena cubana, manifestó que “como espacio me parece muy importante, es necesario que se mantenga vivo y con esa confrontación entre teatristas que posibilita, pues muchas veces no nos vemos por temas de lejanía o estar implicados en diferentes proyectos”.

Éxtasis para el público lugareño y para los creadores de toda la Isla, que en la apertura de la gran cita de las tablas cubanas comprobó una vez más la impronta de un colectivo con imprescindibles páginas escritas en la historia del teatro cubano.