[:es]Todo es amor en finca de usufructuarios santacruceños[:]

[:es]GEDC0568

Santa Cruz del Sur, 14 feb.- Un inesperado  salto de alegría, sacudido a su vez por la sorpresa, dio hace poco tiempo Jorge Luis Calaña Guerra. La propia historia contada por él lo justifica. Salió como de costumbre a retornar los chivos al corral cuando al ocaso le quedada poca luz. En el disperso grupo andaba una cabra próxima a parir.

“Cuando comencé a gritar ¡chivo…chivo! varias veces salieron de la maleza los demás, pero faltaba esa que le mencioné. Seguí buscando hasta hallarla. Dije en voz alta sin haber salido del asombro: ¿Y estas crías…? Melisa había parido de un tirón cuatro  hembras y un macho. Tres son de color negro, una de las del sexo femenino es blanca y la otra posee el matiz cenizo adquirido genéticamente de la madre”.

El regocijo también invade a Idalis Hernández Domínguez. “Nunca antes habíamos experimentado esto mi esposo Jorge Luis y yo. He llegado a pensar que es un milagro enviado por Dios. Èl me avisó desde la distancia sobre el alumbramiento sin embargo no le creía Fue tanta su insistencia que fui a ver si era cierto. Mis ojos se llenaron de lágrimas, el  corazón se me estremeció de gozo. Su primer parto ha sido muy lindo”.

Tres años ha dedicado la pareja de usufructuarios a la cría de chivos y carneros en la finca Job, aledaña a la superficie costera de este territorio. “Tenemos muchas esperanzas en estos rebaños. Han acontecido otros  nacimientos además de los que están por venir. Como ha podido usted apreciar en este sitio todo es amor incluso entre los propios animales”, expuso el productor.

Ambos se encargan de la crianza de gallinas, cerdos, ganado mayor y conejos. Las jornadas desde el séptimo día de febrero se han sobrecargado. “Nos hemos convertido en los “abuelos” de los hijos de Melisa y de otros tres que tuvo hace poco la mamá de ella. A la hora que empiezan a berrear por hambre, aunque sea de madrugada, nos levantamos a darle el calostro de vaca. La leche de sus progenitoras no los sustentan mucho”.

Cualquier otra maravilla puede sobrevenir en “La Job” pues la ternura que allí existe permitirá prolongar  los provechos.[:]