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[:es]Promueven capacitación medioambiental en comunidades costeras camagüeyanas[:]

[:es]Hasta Playa Jigüey y la Guanaja, en Palma City, ambos asentamientos costeros del municipio de Esmeralda, llegó un equipo de investigadores, luego de atravesar angostos caminos de tierras muy rojas que llevan al visitante a la orilla del mar.

Entre sus habitantes, prestos a contar sus vivencias, se percibe el ánimo de involucrarse en el proceso de recuperar lo perdido tras el paso devastador del huracán Irma por el litoral norte camagüeyano.

“Las personas pensaron que el meteoro no iba a tener tanto impacto y se confiaron”. Reseñan  los pobladores de Jigüey, que nunca antes habían visto un evento meteorológico de esa magnitud, por eso no esperaban los daños ocurridos.

Algunos bienes materiales y pertenencias fueron encontrados en los días siguientes al paso del huracán, a kilómetros del poblado, donde el mar solo dejó huellas de lo que fueron 28 casas y dos establecimientos de Comercio.

Aunque en Playa Guanaja las afectaciones fueron menores, debido a que la dirección de los vientos del huracán hizo que el mar se retirara; Yolanda Rubio Olivera y Lourdes Fernández Aguilar coinciden en que no esperaban tal fuerza del viento y mucho menos que afectara el techo y las paredes de muchas de las 55 viviendas allí enclavadas.

Recuerda Mayda Gómez Valdés, presidenta del Consejo Popular Brasil, que el 8 de septiembre, cuando llevaban a cabo la tarea de evacuar a los moradores de Jigüey, ante la inminencia de Irma, alrededor de las 2:00 de la tarde aún quedaba un pescador en el área que se negaba a marcharse.

“El agua nos imposibilitaba llegar al caserío, pero logramos sacar a ese último compañero y lo llevamos al centro de evacuación. La satisfacción más grande que nos queda es que, aunque perdimos muchas cosas materiales, no tuvimos ninguna pérdida de vidas humanas ni lesionados”, comenta.

Mientras buscaba en los escombros de lo que fue su casa, el pescador Luis Ramos Beltrán contó que perdió una treintena de gallinas y seis puercos, y todo lo que tenía. Actualmente  se encuentra en Jaronú, donde ya han sido construidas varias casas y una de ellas será su futuro hogar, gracias a las facilidades que brinda el Estado cubano a los damnificados.

Precisamente, una de las premisas de la Revolución es no perder ninguna vida humana, ni dejar a nadie desamparado; no obstante, testimonios como los anteriores confirman que, a pesar del trabajo mancomunado del Instituto Nacional de Meteorología, la Defensa Civil y los medios de comunicación, ante el embate de fenómenos naturales, aún existe una baja percepción del riesgo en la población, lo cual incrementa la vulnerabilidad en estos casos.

En tal sentido, el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) en Camagüey, en respuesta a una convocatoria del Estado cubano, desarrolla acciones de capacitación en los territorios afectados por el evento hidrometeorológico.

Es así como especialistas de la Unidad de Medio Ambiente del CITMA, la dirección municipal de Planificación Física, el Ministerio de la Agricultura y el Centro de Gestión de Riesgos de Esmeralda, recorrieron ambas comunidades para dialogar con los pobladores, presentar los resultados de los Estudios de Peligro, Vulnerabilidad y Riesgo (PVR) de la zona, y explicar la validez de la Tarea Vida, plan del país para el enfrentamiento al cambio climático.

La MSc. Migdalia Marí Mendoza, coordinadora provincial de los Estudios de PVR en la provincia, aseguró que “es vital que las personas conozcan los peligros a que se hayan expuestos los territorios donde viven y sus vulnerabilidades, porque el conocimiento es el camino para la reducción de los riesgos, y son más eficientes los recursos que se invierten en la prevención, que los destinados a la mitigación después de los desastres”.

Asimismo, los especialistas ofrecieron consejos técnicos para la construcción de viviendas más resistentes a los embates de fenómenos extremos, e insistieron en la necesidad de establecer los nuevos asentamientos humanos en zonas no vulnerables, que posibiliten proteger a los habitantes y sus recursos.

La filial camagüeyana del CITMA tiene el propósito de socializar los resultados científicos de su equipo multidisciplinario y ponerlos al servicio de las comunidades, precisamente porque los estudios de PVR son una herramienta científica para comprender el escenario actual de la región, y la Tarea Vida permite enfrentar el escenario futuro.

Playa Jigüey y la Guanaja ya muestran evidencias de los peligros a que se exponen las zonas costeras, a consecuencia del cambio climático, materializados no solo en el impacto de eventos meteorológicos cada vez más intensos, sino también en el aumento del nivel del mar.

Según reportes científicos, para el año 2050 el ascenso del nivel medio del mar en la mayor de las Antillas será de 27 cm, y 85 cm para el 2100, por lo que se precisa que las personas residentes en asentamientos a orillas del mar, aumenten su percepción de riesgo con relación a los efectos inmediatos de esta realidad.

Los pobladores camagüeyanos agradecieron la presencia de los especialistas y los conversatorios que llevan la ciencia a las comunidades afectadas por el huracán Irma, pues solo con el esfuerzo mancomunado de las instituciones del territorio se concientiza a la población sobre las urgencias del cambio climático para el futuro de la región.

(Por Damaris Hernández Marí/Universidad de Camagüey.)(fuente Cadenagramonte)[:]