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[:es]Orsis: una apuesta por la modernidad en materia tecnológica[:]

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Que el Gobierno de Cuba obstaculiza el desarrollo de Internet por temor a la libertad de información, es un argumento que cada día se sostiene menos. Sabían, por ejemplo, que en el último año el uso de las redes sociales en la Isla aumentó un 346 %; que el número de puntos colectivos para la navegación supera los mil; y que des tres millones de usuarios cubanos en Internet en el 2014, existen hoy casi cinco millones.

Esas cifras ubican a Cuba como el país de América Latina con más rápido crecimiento en el acceso a Internet, y aunque los precios de conexión siguen siendo elevados para muchos; lo cierto es que el número de usuarios nacionales en la World Wide es visible no solo estadísticamente; basta recorrer las principales plazas y parques de todo el país para descubrir la creciente afluencia de internautas.

Es así que muchos han comenzado a notar los avances de Cuba en materia de informatización, y a ver más cercana la ansiada posibilidad de una mayor socialización de Internet, a un menor costo.

Pero lo cierto es que informatizar una sociedad va más allá, y en ello trabaja el país desde hace ya una década, aunque el mayor empujón data de unos dos años.

Mucho han tenido que ver las nuevas figuras de la modalidad de trabajo no estatal relacionadas con actividades tecnológicas. De su ingenio creador han nacido aplicaciones populares entre los usuarios de la telefonía móvil como Conoce Cuba, A la Mesa, La Chopi, La Neurona, y otras.

Tal vez menos popular, pero sí con una visión más abarcadora, en noviembre de 2011 nació en Camagüey Orsis, un proyecto concebido para brindar soluciones tecnológicas integrales, que basadas en las tecnologías de la informática y las comunicaciones, permitan a los diferentes negocios, del sector estatal como no estatal, informatizar sus procesos.

Orsis se expande hoy por la red de restaurantes de la Empresa de Turismo Santa María, perteneciente a la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey, la cual se ha convertido en la primera del país en informatizar sus procesos internos.

Esta idea, materializada ya en unidades como La Isabella, El Bodegón, Casa Blanca, Bigornia, Chocolatera, El Ovejito y Rincón de la Música, forma parte de un proyecto mayor, primogénito, de impacto local: “Mi barrio tecnológico”, ganador del evento Ciudades inteligentes, ciudades sostenibles, que en noviembre de 2016 convocó la Unión de Informáticos de Cuba, y que, como su nombre indica, apuesta por la informatización de la sociedad más allá de las acciones a gran escala.

En esencia –nos explica su líder, el joven ingeniero Orlando González Cento- lo que trata es de informatizar las farmacias, bodegas, policlínicos, tiendas, centros culturales, en fin, las unidades de servicios ubicadas en un entorno local.

Es así que Orsis, representando a la Unión de Informáticos de Cuba, estuvo entre los ejecutores de la red local que existe hoy en Callejón de los Milagros, del Paseo Temático de los Cines, para la descarga de contenidos audiovisuales, la cartelera de actividades de las diversas instituciones, catálogos especializados sobre películas, cineastas y tendencias cinematográficas, así como las memorias de eventos audiovisuales como El Almacén de la Imagen o el Taller Nacional de la Crítica Cinematográfica.

También el propio sector no estatal ha contratado los servicios de Orsis. El taller-estudio de la reconocida artista de la plástica Martha Jiménez y la cafetería La Salsa tienen informatizados sus procesos de gestión de venta.

“Mi barrio tecnológico” le dio a Orsis un boleto seguro para participar en el I Taller de Informática y Comunicaciones para la Sociedad, TICS 2017, celebrado el pasado mes de marzo en la capital cubana, y concebido con el propósito de aglutinar a todos los trabajadores estatales y no estatales vinculados a estas actividades.

“Allí presentamos nuestro proyecto y tuvimos muy buena acogida. También nos pronunciamos sobre la necesidad de que se actualicen los marcos legales para el ejercicio del trabajo por cuenta propia para avanzar de conjunto con el sector estatal en la materialización de la política de informatización de la sociedad.

“Lo cierto es que el sector no estatal todavía tiene barreras en cuanto a las relaciones comerciales con las empresas, pues no existe un marco regulatorio que establezca de manera clara cómo debe establecerse esa dependencia”.

¿Mi Barrio Tecnológico tiene similares en el país?

En Santiago de Cuba, la Unión de Informáticos está desarrollando un trabajo similar; hemos tenido algunos contactos con ellos, pues en esto, ante un proyecto común,  lo importante es intercambiar experiencias para no reinventar lo que ya existe. Se trata de utilizar la inteligencia colectiva.

El proyecto de Mi Barrio Tecnológico es bastante ambicioso y abarcador, ¿cuál es el próximo paso de Orsis?

Por ahora concentrar todos nuestros esfuerzos y conocimientos en desarrollar este primer proyecto, que apenas ha comenzado a materializarse. Buscamos insertarnos en otras instituciones culturales, como museos, bibliotecas, espacios en los que la interacción con el público desde la tecnología trae muchos beneficios. También estamos dando los primeros pasos para insertarnos en el sistema de Salud; por ahora hemos presentado un proyecto que busca informatizar las farmacias. Ya estamos dando los primeros pasos en este sentido; buscamos, por ejemplo, que a su llegada a un establecimiento de este tipo, el cliente pueda consultar en pantalla algo tan simple pero importante cómo la disponibilidad de medicamentos; amén de

Orsis es tan solo un marinero en la gran expedición cubana hacia la informatización de la sociedad, pero lo cierto es que en Camagüey su ingenio ha permitido, y ojalá permita, lo que otrora muchos no creían posible: modernizarnos en materia tecnológica.

Por Arailaisy Rosabal García/ Radio Cadena Agramonte (Foto: Archivo)

 

 

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