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Multitud despide a Cristina Fernández

Buenos Aires, 10 dic .- Una multitud de argentinos repletó la Plaza de Mayo para despedir a la presidenta Cristina Fernández, quien a la medianoche del miércoles cesó en su gestión ejecutiva luego de ocho años divididos en dos mandatos.

Sola sobre un sencillo estrado frente a la Casa Rosada, parada de espalda al Palacio Presidencial y de frente al multitudinario público, pronunció el último discurso de su Presidencia.

"Queridos compatriotas, quiero decirles que yo también los escuché, los escucho y los voy a escuchar siempre", afirmó ante más de 700 mil personas que la acompañaron en Plaza de Mayo.

Tras agradecerles por el apoyo, Cristina Fernández expresó: "Lo más grande que le he dado al pueblo es el empoderamiento popular".

En sus palabras, envió un mensaje al nuevo gobierno de Mauricio Macri, un referente de la derecha porteña. "Espero una Argentina sin censuras, ni represión, una Argentina más libre que nunca", expresó.

"Para industrializar un país se necesita de la inversión social y el respaldo de la clase obrera trabajadora", dijo Fernández, tras referirse a una de las acciones que respaldó su Gobierno para consolidar la economía del país.

En ese sentido, aseguró que ningún otro Gobierno de Argentina se había preocupado tanto por la salud, la educación, el avance tecnológico, la igualdad y la inclusión social que las administraciones que encabezaron el finado presidente Néstor Kirchner y ella.

Su última gestión en la Casa Rosada colocó una escultura en honor a Kirchner en la Galería de los Bustos. El presidente de Bolivia, Evo Morales, estuvo allí para acompañarla.

En breves palabras en esa actividad, Cristina Fernández recordó que pese a que Néstor asumió el Gobierno (en 2003) con la menor cantidad de votos de toda la historia, "construyó una nueva Argentina a partir de sus convicciones, coraje, decisión y visión estratégica".

Terminan 12 años de un proyecto popular nacional que catapultó al país a estrados superiores, aunque lo quieran negar, ocultar o desacreditar resentidos opositores.

Hoy Argentina tiene mayor prestigio internacional, posee una industria más sólida, derechos civiles y humanos consolidados, sustanciales avances en múltiples frentes, ejemplares programas de salud como el de vacunación nacional y logros tecnológicos en campos como el nuclear y satelital.

El país llega hoy, sin embargo, dividido al cambio de mandato. Por Macri votó el 51 por ciento del electorado, 49 lo hizo por el candidato del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, el 22 de noviembre.

La derecha llega así al poder por primera vez en Argentina por el voto en las urnas y no por el tronar de las armas en los sangrientos golpes militares.

Macri tiene ante sí un gran desafío, en particular gobernar a un pueblo que se acostumbró en los últimos tiempos a hacer valer sus derechos y libertades democráticas.

En la división expresada en el sufragio, tuvo mucho que ver la intensa campaña mediática en los últimos cuatro años, en especial en los dos más recientes, destinada a inducir odio, rechazo y hasta desprecio por el proyecto popular y su líder Cristina Fernández. Y fue efectiva en una porción de la población.

Sin embargo, hoy, 18 días después de las elecciones, ya algunos argentinos que votaron por Macri, según constató Prensa Latina, admiten que probablemente cometieron un error.