Relaciones Cuba - EE.UU.

[:es]Medidas de EE.UU., nuevo golpe a las relaciones con Cuba[:]

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Por Martha Andrés Román

Washington, 5 oct.- Las medidas adoptadas por Estados Unidos como respuesta a incidentes reportados por sus diplomáticos en Cuba causan alerta hoy entre quienes consideran erradas las acciones de Washington o advierten sobre su impacto en la normalización de relaciones.

 

El Departamento de Estado ordenó ayer la expulsión de 15 funcionarios cubanos de la embajada de la isla en esta capital, solo cuatro días después de anunciar la retirada de más de la mitad del personal de su sede diplomática en Cuba.

Tales acciones responden a que miembros del servicio exterior norteamericano reportaron problemas de salud en La Habana, a los que Washington calificó de ataques, a pesar de desconocerse qué o cómo fueron causados esos síntomas, cuando las investigaciones al respecto siguen en curso.

El senador demócrata Ben Cardin (Maryland) expresó en un comunicado su preocupación ante la posibilidad de que este asunto pueda agudizar las tensiones diplomáticas y complicar la capacidad para llevar a cabo una investigación exhaustiva de tales hechos.

Para el legislador, Estados Unidos no debería tomar medidas que pudieran socavar las relaciones bilaterales con Cuba y las políticas estadounidenses encaminadas a promover intereses estratégicos nacionales en el hemisferio.

En ese sentido, llamó a la administración y al Departamento de Estado a consultar con el Congreso antes de tomar nuevas medidas, y afirmó que una reunión informativa prevista para esta mañana en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado debía proporcionar a los miembros una clara comprensión del asunto.

A su vez, el también senador demócrata Patrick Leahy (Vermont) manifestó que su nación tiene el derecho y el deber de proteger a los diplomáticos estadounidenses que sirven en el extranjero.

Sin embargo, sostuvo que antes de tomar represalias contra otro país expulsando a sus diplomáticos, ‘deberíamos tener pruebas de que ellos, y no un tercer país o partido, dañaron a nuestros ciudadanos’.

‘No sabemos quién está haciendo esto o por qué, pero estamos castigando a los cubanos por no impedirlo. Eso no ayudará a resolver el misterio de esta seria ofensa, y no hará que nuestros diplomáticos estén más seguros’, consideró el legislador.

Leahy recordó que los vínculos entre ambas naciones están ‘en las primeras etapas’ en la mayoría de los asuntos, y reconoció que ‘el gobierno cubano ha mostrado una voluntad de discutir preocupaciones que no se habían abordado antes’.

Para la congresista del partido azul Barbara Lee (California), el gobierno de Donald Trump utiliza el tema de los diplomáticos para avanzar en su objetivo de revertir el progreso histórico entre Estados Unidos y Cuba.

Sacar a los funcionarios cubanos no garantizará la seguridad de los estadounidenses, solamente nos llevará hacia atrás y pondrá en peligro la restauración de los lazos entre nuestros dos países, estimó la representante.

De acuerdo con Lee, aun cuando la administración se adhiera a las tácticas del pasado, los miembros del Congreso seguirán trabajando para perseguir la diplomacia, expandir el comercio y fortalecer los lazos entre ambos pueblos.

El viernes pasado, tras conocerse la decisión sobre la embajada en La Habana, la representante demócrata Kathy Castor expresó su inquietud por el impacto de la suspensión indefinida del procesamiento de visas estadounidenses en la capital cubana.

Según Castor, le preocupa que el anuncio vaya demasiado lejos y perjudique innecesariamente la capacidad de las familias cubanas y estadounidenses de viajar y ver a sus seres queridos.

‘El Departamento de Estado debe desarrollar rápidamente planes de contingencia para continuar permitiendo a las familias viajar desde la isla. Muchos de mis vecinos que han estado esperando la oportunidad de reconectarse con sus seres queridos enfrentan barreras innecesarias y desgarradoras’, manifestó.

La legisladora volvió a ese tema a raíz de las noticias de este martes, al señalar en su cuenta de Twitter que la cuestión ha creado incertidumbre entre las familias cubanas a ambos lados del estrecho de Florida.

Un trabajo de la agencia Associated Press publicado este miércoles por el diario The Washington Post indica que la mayoría de los diplomáticos en La Habana no quería marcharse, y que buena parte del personal del Departamento de Estado también se oponía a tal opción.

La salida de la capital cubana fue rechazada además por la Asociación Estadounidense del Servicio Exterior, cuya presidenta, Barbara Stephenson, dijo desconocer la causa de los problemas de salud reportados en la isla, pero consideró que no justificaban una retirada a gran escala.

En medio de los recientes acontecimientos, las miradas no dejan de dirigirse hacia legisladores como el senador republicano Marco Rubio, opositor acérrimo del proceso de normalización de relaciones bilaterales y quien ha exigido el cierre de la embajada en La Habana.

La exjefa de la Sección norteamericana de Intereses en la isla Vicki Huddleston escribió en Twitter que las buenas relaciones entre estos países van en interés nacional de Estados Unidos, mientras las malas responden a la obsesión de Rubio con Cuba.

Con ese criterio coinciden muchas voces que apuestan por el acercamiento entre las dos naciones.

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