[:es]Más de un millón de cubanos padecen diabetes mellitus[:]

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Más de un millón de habitantes en Cuba viven hoy con diabetes mellitus (DM), enfermedad metabólica crónica, caracterizada por altos niveles de azúcares en la sangre, que anualmente incrementa su incidencia y representa una de las causas de mortalidad.

El doctor en Ciencias Manuel Raíces Pérez Castañeda, investigador del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), explica a 26 Digital que este padecimiento, considerado una pandemia del siglo XXI, es el resultado de los malos estilos de vida de la población.

“Nos referimos a la extensión de los hábitos alimenticios occidentales (la conocida comida chatarra) y a la sustitución de la actividad física al aire libre por los deportes virtuales en los ordenadores, unido a la carga de estrés que genera la competitividad en las sociedades modernas.

“Esos factores han provocado -explica- que las personas enfrenten un agotamiento de lo que podemos llamar la capacidad del páncreas para procesar alimentos, y en un orden cada vez más creciente aparece la DM. La solución radica en tratar de alejar aquello que nos va a ocasionar un mal funcionamiento de ese importante órgano, sobre todo, después de los 40 años”.

Sin dudas, la batalla de la prevención emerge desde el propio individuo con prácticas saludables. Las experiencias y los conocimientos están ahí, a la vista de todos. Sin embargo, cada persona es dueña y responsable de elegir cómo vivir, y eso incluye velar por la salud.

A las manos de los diabéticos cubanos llegan los glucómetros, las tiras y la insulina. Foto: 26 Digital.

A pesar de ello, el sector de la biotecnología en el país dedica ingentes esfuerzos para llevar calidad de vida a la población. De conjunto con el campo farmacéutico, forma una estructura denominada BioCubaFarma, organización empresarial que asume el compromiso de administrar la mayor cantidad de los medicamentos del cuadro básico.

“Se adoptó la decisión de entregar las herramientas al Sistema de Salud para que los pacientes mantengan un control metabólico de la enfermedad y un mejor manejo de las complicaciones. Nosotros mismos producimos los fármacos y el equipamiento para evitar adquirirlos en el exterior, lo que nos ofrece una garantía o soberanía tecnológica”, expone.

A las manos de los diabéticos cubanos llegan los glucómetros, las tiras y la insulina. Pueden adquirir el Policosanol, popularmente conocido como PPG, también de producción nacional, que no es una terapia, pero tiene implicaciones muy positivas. “Este producto natural- agrega- disminuye las acumulaciones de colesterol en sangre y el riesgo de una evolución hacia una enfermedad vascular periférica o arterial periférica, que genera la posibilidad de sufrir úlceras isquémicas”.

También desarrollaron un kit de microalbuminuria para llevarlo a la Atención Primaria de Salud y las personas con DM puedan medir el funcionamiento de sus riñones de una manera permanente. Resulta vital el uso de estos instrumentos que el país pone a disposición de quienes lo requieren.

“El talón de Aquiles de muchos enfermos es no percatarse de que el déficit de producción de insulina en el páncreas será hasta el fin de sus días. Al principio no se manifiestan síntomas, lo que hace pensar en un manejo adecuado del padecimiento.

“Sin embargo, -continúa Pérez Castañeda- la existencia de niveles de azúcar en las venas por encima de los valores normales genera una toxicidad a la glucosa a nivel celular que termina matando las células y las primeras son las del sistema nervioso”.

Un diabético que no controla su glucosa termina con insensibilidad, sobre todo, en sus pies; no distingue los cambios de temperatura e incluso, no siente dolor al pincharse los dedos. Eso ocurre porque existe daño a nivel de tejido nervioso en esas terminaciones que están en las extremidades, y puede aparecer una de las complicaciones más temidas: las úlceras de pie diabético (UPD).

Para tratarlas, el CIGB creó el Heberprot- P, terapia esperanzadora, cuyo contenido es el factor de crecimiento epidérmico humano recombinante. Su aplicación acelera la cicatrización de las UPD complejas y profundas, y disminuye el riesgo de amputaciones. Miles de beneficiados en el mundo hoy agradecen poder andar sin limitaciones.

Más allá de los avances farmacéuticos, urge involucrar a los diferentes factores sociales en la prevención, que resulta, en definitiva, el mejor camino para enfrentar el alza de la DM.

“Hay que dedicar tiempo a enriquecernos espiritualmente, hacer ejercicios, caminar, disfrutar de la compañía de los seres queridos y ayudar a los demás. Esa será una medicina maravillosa que cambiará para bien la vida de los cubanos”, concluyó.

Más allá de los avances farmacéuticos, urge involucrar a los diferentes factores sociales en la prevención, que resulta, en definitiva, el mejor camino para enfrentar el alza de la diabetes mellitus (DM). Foto: Getty Images.

(Tomado de 26 Digital)[:]