[:es]Las luces de la Revolución en los campos cubanos[:]

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Por Juan G. Mendoza Medina/ Radio Cadena Agramonte. 

Antes del triunfo revolucionario del 1ro de enero de 1959, la precaria situación del campesinado imperaba en todos los rincones de la Isla; sin embargo, con la promulgación de las leyes de Reforma Agraria, el futuro de los campos cubanos comenzó a cambiar.

La entrega de tierras a los hombres que la trabajaban significó el primer paso de un largo proceso que continúa en la actualidad, y en los últimos meses este sector, decisivo para la economía del país, ha recibido el beneficio de varias inversiones para estimular la producción de alimentos y elevar la calidad de vida de sus familias.

Se trata de una noticia que alumbra hogares en las más apartadas zonas rurales de Camagüey, buena nueva que llevan obreros de la Empresa Eléctrica, y que en el 2016, tras la formación de tres contingentes, posibilitó que se materializaran un total de 111 obras que contribuyeron a la instalación de sistemas de riego, minindustrias, puntos de enfriamiento de leche y unidades pecuarias en alejados parajes de la geografía agramontina.

Santa Justa y Las Vegas, en Vertientes; Sabanilla del Junco, en Najasa; Monte Grande, en Santa Cruz del Sur; y Blanquizal, en Guáimaro, entre otros, dan fe de tales beneficios.

De acuerdo con declaraciones de Rolando González Ramírez, director de inversiones en la Empresa Eléctrica, también se han dispuesto más de 540 paneles solares para casas aisladas que favorecen a los campesinos, ya que ahora pueden contar con iluminación, equipos de refrigeración y televisión.

Por ejemplo, habitantes del municipio de Jimaguayú, que durante años anhelaban la instalación del sistema eléctrico, ahora viven en mejores condiciones, y favorecen en su cotidiano desempeño el cultivo de diferentes producciones.

En la comunidad Caracuna se encuentra el polo productivo El Hoyo. Allí, tema recurrente es el cambio de infraestructura que muestra el lugar.

“Teníamos bajo voltaje durante más de 30 años, era una tendedera muy mala. Ahora, con el polo productivo, ya tenemos electricidad y fuente de empleo para la familia”, aseguran residentes de la zona.

“Tengo sembrado plátano burro y macho, yuca, boniato y tomate. Aquí había bajo voltaje, ya no. La corriente nos beneficia para todo, para la vida en la casa y para incrementar las producciones”, manifiesta con júbilo Vladimir Pérez Ávila, un joven de 26 años.

Pero ahí no quedan las luces de la Empresa Eléctrica, pues para el presente 2017 están incluidas cien inversiones en el ámbito agropecuario, con un monto que asciende a 2,3 millones de pesos, y ya varias se han materializado en la segunda mitad del año.

Y es que, aunque la agricultura en la provincia ejecuta también inversiones para estimular la producción de alimentos, los hombres y mujeres del sector eléctrico contribuyen notablemente a ese propósito, para beneplácito además, de esos campesinos que merecen tan importante servicio.

Ya había anunciado el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz desde su alegato de autodefensa luego de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, hace casi 64 años, que los campesinos se incluían dentro de las prioridades de la obra transformadora de la Revolución.

La palabra empeñada, entonces, se palpó con prontitud en la realidad, pero no quedó allí. Cuba, consciente del importante aporte para la economía que sale del arduo trabajo de quienes permanecen a pie de surco, continúa situándolos entre sus prioridades en lo que a beneficios y mejoras corresponde. (Foto: Radio Habana Cuba)[:]