Joven maestra se estrena en Santa Cruz del Sur


Santa Cruz del Sur, 31 ago .- Recibió el nombre de su abuela materna, determinación familiar que considera acertada. El nombre por el cual todos la llaman y prefiere, es bastante peculiar en esta época donde existen otros que para poderlos pronunciar se requiere repetirlo, como entrenamiento personal, varias veces.

 

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Angelina se manifiesta risueña cuando alguien halaga su primer apelativo. “Marelis Muñíz Hernández son otros de mis datos personales”. A la vez que extiende cortés, la mano al reportero.

Cerca de ella, un búcaro con flores adorna la pequeña mesa donde prepara un programa de clases. Todavía en el ameno rostro le quedan restos de la niñez que se hizo grande en la escuela primaria “Frank País García”, donde cursó desde preescolar al sexto grado.

“Fue un período estupendo donde recibí la pañoleta de pionera y tuve las primeras responsabilidades desde el punto de vista estudiantil. Aprendí a amar a Martí, querer a los maestros, solidarizarme con mis compañeritos y ser una entusiasta puntual en cada una de las actividades docentes y extraescolares”.

Se integró al circulo de interés pedagógico inspirada en el estimable quehacer de dos de sus educadoras: “Leonaisa Guerra y Yerenis Oliva serán el paradigma que seguiré. Le cogí el gustico a aprender, desde mi tarea como monitora, muchas más cuestiones sobre la labor educacional tan reconocida y necesaria en cualquier ámbito del planeta tierra”.

La Oliva comenta, le dio clases a la Muñíz en sexto grado. “No porque ella esté delante, usted piense que me excedo… Angelina tuvo siempre un comportamiento excelente; era de las más destacadas”.

Durante la enseñanza media básica se integró al destacamento pedagógico. “Estaba resuelta a ser maestra”. Tras iniciar los estudios en la escuela pedagógica Nicolás Guillén Batista, de Camagüey, pudo evaluar “cuánto debía de aprender en la atención a los alumnos con dificultades, planificar contenidos, también transmitir valores desde el ejemplo personal”.

El nacimiento a los ocho meses del pequeño Suleimán tuvo algunos contratiempos. “Nació enfermito, sin embargo desde el hospital, Angelina a la vez que cuidaba de su niño se preocupaba por la tesis de graduación que debía discutir aquí en el plantel, donde desarrolló las prácticas docentes”.

“Fui su tutora”, agrega Yerenis. “Discutió segura el tema sobre Simetría Central, relacionada con la geometría. Quedó seleccionada para formar el claustro docente en la nueva etapa lectiva 2015-2016”.

Angelina Marelis tiene grandes motivaciones para sentirse feliz. “Mi bebé ha mejorado la salud; trabajaré en el mismo colegio donde cursé los primeros estudios y llevé a cabo las prácticas magisteriales. Sin buscar engrandecimientos de decoro me dedicaré al deber armonioso y lógico que demanda el magisterio cubano. Nunca le faltaré a los alumnos, a los padres, a los maestros que confían en mí, ni al imperecedero luchador revolucionario Frank País García”.